Crónica
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ma una buena taza de chocolate,
tres horas después estará hecha cum
plidamente la digestión, pudiendo
luego comer a la hora de costumbre.
También dice que las personas que
toman a diario chocolate gozan de
excelente salud.
En una palabra, toda persona can
sada por abusos: toda persona que
haya dedicado al trabajo notable
parte del tiempo necesitado por el
sueño; toda persona de talento que
sienta, momentáneamente, debilitarse
sus facultades ; aquel que sienta can
sancio sin motivo para ello; a quien
una idea fija quite toda libertad de
pensamiento, que tomen, unos y otros,
un cumplido medio litro de chocola
te, poniendo de seis a siete gramos
de ámbar por cada medio kilo de
chocolate y verán maravillas.
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TEATRO^
“El pobre «Ion lien i lo”
De los últimos estrenos de Madrid
«El pobre don Benito», de Fernan
do Ponte, estrenado en el Infanta
Isabel es un retruécano, en tres ac
tos; un diluvio de chiste, un aluvión
de astracanadas, un alud de despro
pósitos, aderezados por hombre no
torpe en los menesteres de mover
los monigotes en escena, y esta es la
causa de la fortuna que alcanzó la
nueva producción.
Se puede decir de este juguete có
mico lo que pregonan los vendedores
de chistes v cuentos baturros: «¡Risa
para todo el año!».
¿Argumento, caracteres, ambiente?...
¡Quién piensa en tales zarandajas!...
Lo principal en estas obras, en las
cuales, como decía el otro, <no tra.
baja el argumento», es hacer reir. Lo
que buscan los plácipos espectadores
que después de cenar desean un rato
de solaz y recreo es eso: risa, risa a
todo pasto. Ya lo han logrado.
Ahora, que conviene llevar al tea
tro, por preocupación, un paraguas
para poder aguantar a pie (irme el
chaparrón de despropósitos graciosos
que el autor pone en boca de los
artistas.
El principe loca
No fué-diee un diario—muy pro
picia la suerte a este príncipe, que,
como dicen los chulos de la calle de
Embajadores, «oyó lo suyo».
El libreto es anticuado, y aunque
a ratos tiene gracia, no es de la re
gia, que tiene potestad para indultar
a los condenadoa a muerte.
El autor, «Angel carmona», no es
el valiente matador cuyo remoquete
«el Camisero» infunde pavor a los
toros, sino algún anónimo autor, con
más intención que un «Miura», que
se oculta en los carteles, pero a la
«hora de la verdad» de la «cara» en
la Caja de la Sociedad de Autores.
¿Estamos?
La música, de Saco del Valle y
Quislant, es movida, alegre e inspi
rada.
Merecían los meritísimos maestros
mejor suerte, porque ese príncipe
loco no envejecerá en el cartel de
Martín.
Cándida y Blanquita Suárez, con
Alaria y los demás actores que in
tervinieron en la representación, lu
charon con más voluntad que suerte,
porque la obra no llegó incólume a
puerto de salvación.
“La muñeca trágica”
El actor don Carlos Allens Perkins
ha estrenado en Brice el melodrama
«La muñeca trágica».
El género a que pertenece «La
muñeca trágica», ha dicho un colega,
no es precisamente el que conduce a
la Academia Española, sino el que
lleva—«todo derecho», según dice el
vulgo—a la taquilla. La obra interesa
desde el primer instante y distrae
siempre. Es, en el fondo, como «Sher-