Full text: 1.1914,28.Febr.=Nr. 21/22 (1914002100)

Crónica 
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ma una buena taza de chocolate, 
tres horas después estará hecha cum 
plidamente la digestión, pudiendo 
luego comer a la hora de costumbre. 
También dice que las personas que 
toman a diario chocolate gozan de 
excelente salud. 
En una palabra, toda persona can 
sada por abusos: toda persona que 
haya dedicado al trabajo notable 
parte del tiempo necesitado por el 
sueño; toda persona de talento que 
sienta, momentáneamente, debilitarse 
sus facultades ; aquel que sienta can 
sancio sin motivo para ello; a quien 
una idea fija quite toda libertad de 
pensamiento, que tomen, unos y otros, 
un cumplido medio litro de chocola 
te, poniendo de seis a siete gramos 
de ámbar por cada medio kilo de 
chocolate y verán maravillas. 
■ ■ ■ ■ ■ ■ ■■•lililí I I I ■ I I I I I I I I I I I 
TEATRO^ 
“El pobre «Ion lien i lo” 
De los últimos estrenos de Madrid 
«El pobre don Benito», de Fernan 
do Ponte, estrenado en el Infanta 
Isabel es un retruécano, en tres ac 
tos; un diluvio de chiste, un aluvión 
de astracanadas, un alud de despro 
pósitos, aderezados por hombre no 
torpe en los menesteres de mover 
los monigotes en escena, y esta es la 
causa de la fortuna que alcanzó la 
nueva producción. 
Se puede decir de este juguete có 
mico lo que pregonan los vendedores 
de chistes v cuentos baturros: «¡Risa 
para todo el año!». 
¿Argumento, caracteres, ambiente?... 
¡Quién piensa en tales zarandajas!... 
Lo principal en estas obras, en las 
cuales, como decía el otro, <no tra. 
baja el argumento», es hacer reir. Lo 
que buscan los plácipos espectadores 
que después de cenar desean un rato 
de solaz y recreo es eso: risa, risa a 
todo pasto. Ya lo han logrado. 
Ahora, que conviene llevar al tea 
tro, por preocupación, un paraguas 
para poder aguantar a pie (irme el 
chaparrón de despropósitos graciosos 
que el autor pone en boca de los 
artistas. 
El principe loca 
No fué-diee un diario—muy pro 
picia la suerte a este príncipe, que, 
como dicen los chulos de la calle de 
Embajadores, «oyó lo suyo». 
El libreto es anticuado, y aunque 
a ratos tiene gracia, no es de la re 
gia, que tiene potestad para indultar 
a los condenadoa a muerte. 
El autor, «Angel carmona», no es 
el valiente matador cuyo remoquete 
«el Camisero» infunde pavor a los 
toros, sino algún anónimo autor, con 
más intención que un «Miura», que 
se oculta en los carteles, pero a la 
«hora de la verdad» de la «cara» en 
la Caja de la Sociedad de Autores. 
¿Estamos? 
La música, de Saco del Valle y 
Quislant, es movida, alegre e inspi 
rada. 
Merecían los meritísimos maestros 
mejor suerte, porque ese príncipe 
loco no envejecerá en el cartel de 
Martín. 
Cándida y Blanquita Suárez, con 
Alaria y los demás actores que in 
tervinieron en la representación, lu 
charon con más voluntad que suerte, 
porque la obra no llegó incólume a 
puerto de salvación. 
“La muñeca trágica” 
El actor don Carlos Allens Perkins 
ha estrenado en Brice el melodrama 
«La muñeca trágica». 
El género a que pertenece «La 
muñeca trágica», ha dicho un colega, 
no es precisamente el que conduce a 
la Academia Española, sino el que 
lleva—«todo derecho», según dice el 
vulgo—a la taquilla. La obra interesa 
desde el primer instante y distrae 
siempre. Es, en el fondo, como «Sher-
	        
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