jMm
VIDA MONTEVIDEANA
pequeños reglones, ha caido sobre nuestro
escritorio un librito, que ni venido del cielo.
Es un tomo de 267 páginas, elegantemente
impreso, profundamente pensado y escrito
con verdadera elocuencia en lenguaje de
Cervantes.
Es debido á la docta pluma del joven doc
tor don Arturo Ventura, abogado del ilustre
Colegio de Barcelona.
Titúlase El Amor; y en realidadde verdad,
la materia de dicha obra responde perfecta
mente al título que ostenta.
Después de analizar concienzudamente,
de investigar en todas direcciones y esferas,
de interrogar á todos I s siglos y de consul
tará todos ios sábios, el afortunado autor
nos da la definición verdade a, exacta, pre
cisa y completa del amor en todas sus mani
festaciones, categóricas, especies, y ma ices.
Desde ahora ya sabemos en que consiste
el amor, gracias al eximio escritor que ha
sabido descorrer felizmente el velo que en
cubrió á aquel ideal durante tantos siglos.
Ai trtbutarle, al joven, Ventura el m is en-
t ttsia-t n y sin'ero a hu;v v ree mondar
eficazmente la adquisició ■ á nuesiroslectores,
de su obro, nos permitimos alentar á prose
guir resueltamente por la difícil senda que
tan valientemente ha emprendido, seguro, de
hallar al fin de ella la cotona de gloria que
el porvenirle reserva.
i Adelante!
Alejandro de Castilla.
Montevideo i Octubre 29 de 1897.
La Fornarina
como habiendo sido la única morada de la
querida de Rafael: una en ¡a . vía Dorotea,
cerca deja via Garibaldi ; la segunda en la
vía del Cedro, cerca de la iglesia de San
Egidio: la tercera en la vía del Governo
Veccia núm. 48.
Tal vez sean verídicas las tres, porque
cada una de las tres casas está inmediata á
una delas que Rafael habitó sucesivamente
durante Jos años de su estadía en Roma. VI.
Valen ha descubierto una curiosa mención
en una lista de mujeres admitidas en 1520
en el convento de Santa Apolonia del Trans-
tevere. El 18 de agosto de 1520, cuatro
meses después de la muerte de Rafael, « fué
recibida en el conservatorio de Santa Apo-
loma la señora Margarita, viuda, hija del
finado Francesco Luti, de Siena». Fran
cesco era el nombre de un s anttdero de la
vía del Governo. Vecchio, y Margarita, el
nombre de la Fornarina, si hemos de creer
en una nota manuscrita al márgen de un
antiguo ejemplar de las Vidas de Vasari,
existente en una biblioteca de Florencia.
Falta saber por qué el registro del con
vento menciona como viuda á Margarita
Luti si es verdaderamente la Fornarina. Pe
ro Valcri contesta sin turbarse que nada
prueba que la Fornarina no haya sido viuda;
además de que la palabra «viuda» ha podi
do significar sencillamente una persona con
experiencia de la vida amorosa, en cuyo ca
so, la Fornarina tendría derecho á elía sin
exhibir sus contratos de casamiento. Y la
hipótesis es tanto más verosímil cuanto que
el conservatorio de Santa Apolonia era en
aquella época una especie de asilo de arre
pentidas, y el solo convento de Roma en que
una mujer tan perdida como la F’ornarina
tenia probabilidades de hallar acogida al-
T.
M
Con motivo de la inauguración de la
estátüa de Rafael, en Urbino, un erudito
italiano, Antonio Valeri, se ha entretenido
en indagar lo ,que podía en verdad haber si
do aquella hermosa panadera, la Fornarina,
cuyo nombre es por siempre inseparable del
divino joven maestro.
Y si e! estado civil de la Fornarina no es
constatado, sino por hipótesis arbitraria
mente combinadas, no puede por lo menos
negarse que sean ingeniosas, y divertidas
sus combinaciones.
Sábese que dos mujeres representaron un
gran nnnei
i tí
/y"S-
. ir,
Ifí't
JER PRH
CLASSIC
a ciudad de Canelones
(De fotografía)
laleri. se han entretenido últimamente en
pmostrarnos que el famoso retrato de la
amarina, por Rafael, en el museo de los
Ificios, tenía por autor á Sebastián del
|imbo, y representaba á una cortesana de
errara llamada Beatriz. A falta de Ja verdá-
kra imagen de la Fornarina, aceptamos por
j menos su verdadera imagen de Margarita
uti nos quedará siempre. ¿De qué rostro,
1 efecto, sino del de la querida adorada,
ibiera podido Rafael extraer el tipo de be-
eza, á la vez tan verdadero y tan ideal, el
00 divino y á per ■ de todo tan humano
te representó en ta l ransfiguraciún, en el
laniaso, en la 1 irgen de San Si.xlo y en los
liblimes dibujos de su últi na manera?
WYZKWA.
Kslubleci miento gráll o á vapor, Convención 82.
I