LA SEÑORITA
1 suma; los Blackbaern y sus ayudantes
lan escogido el camino más directa y
rápido; teniendo en cuenta los horarios
la perfecta armonía de las corresponden-
ganaban diez días sobre otro itine-
oe Blackbaern había trazado este iti-
rio con lapiz sobre el mapa.-
Ño teniendo ningún motivo de descon-
con el señor clérigo, no habían no-
y el vistazo que había echado por en-
de sus hombros, una tarde que había
egado su mapa ¡sobre la mesa.
impson había visto la línea trazada con
E y en adelante ya sabía seguramente
Lera el viaje de los bandidos.
No era mala la combinación!... Por
que los amigos del señor Donegal se
esen retardado, los hermanos Jackson
arían al mismio tiempo ¿que ellos all
dijo en alta voz:
¡Por la Biblia, caballero! ¡Esto que
á hacer no es un paseo!
Blackbaern, desagradablemente sor-
dido, se volvió y miró á su interlocu-
re inocente del clérigo le trastornó.
¡A pesar de vuestros anteojos azules
muy claro, señor clérigo! ¿Es que
A lsteciaments caballero!
¡Ah! Sería indiscreto preguntaros...
Es que por algún tiempo vamos á ser
pañeros de viaje. a |
Hasta París?
¡Hasta la isla de la Reunión!
Blackbaern ¡saltó sobre su silla.
=Como, vals. eta
A las Filipinas, Hoble por : cede. del
erno de Masai, voy á tener el.
MONTECRISTO 13
honor de encargarme de la dirección de
las misiones americanas.
Joe fijó sobre el falso misionero una mi-
rada inquisitorial.
—¿A las Filipinas? Sois un extraño clé-
rigo.
—¿ Cómo es eso, señor ?
—Es que para llegar allá tomáis el cami.
no más largo. ¡Siempre creí que de New-
York á nuestras ¡posesiones de Oceanía,
el camino más ¡directo “era por San Fran-
cisco y el Pacífico.
—Verdaderamente así es, señor.
—Entonces no me explico.
—;¡ Pues está claro como un versículo de
la Biblia!
La travesía del Pacífico es peligrosísima
y aquellos mares son frecuentes en tezmpes-
tades; mi sistema nervioso no puede resistir
al oceáno embravecido y...
—Decid que tenéis miedo á la mar.
—;¡ Cuando está embravecida sí! Por esto.
es por lo que he escogido el «camino «del
Atlántico, de Suez y del Océano Indico;
es un poco más largo pero es más agra- :
dable y más seguro. En cuanto al precio
es poco más ó menos, y os lo idemostraré.
—¡Inútil. Estoy muy «ocupado en este
momento!. .«. Permitidme...
Joe Blackbaern dobló el mapa, lo ¿diras
en el bolsillo y fué á reunirse á 'su hermano :
Jim que llenaba la pipa sobre el puente.
- En apariencia muy despechado de la aco-
gida que acababa de hacerle «el menor
de los Blackbaern, Simpson avistó al se-
ñor vizconde que leía el periódico extendido
sobre una «chaise-longue» con los pies en-
vueltos y descansando: en un taburete.
—¡ Nuestro compañero de viaje no parece 4
- dispuesto 4 darme conversación comenzó
ay decir el clérigo. +
—¡Ni yo. Faros |—gruñó A risa |
de Blaisois. A as SA ena
of E