EL CANTOR ARGENTINO
CINT
CANCIONES
DEL PAYADOR
CONTIENE ESTE TOMO:
l,;i pailita — Recuerdos — Los ayos de un veterano
Las noches del alma — Vega y
ltolores — A mi amigo Trejo — Dos extremos.
SEGUNDA PARTE
biblioteca poética argentina
L. MAUCCI y Cia. - Oral. Lavalle 1276 - Ks. As.
1896
Propiedad exclusiva de los Editores
JLJL PAILITA
Güeñas tardes le dé Dios:
La bendición ña Patrona.
¿Qué dice doña Ramona?
¿Ya se hasanao de la tos?
Hemos venido los dos.
Pues manda decir mamita
Que le mande la pailita
Y el palote de amasar,
Que vamos á festejar
El santo de Mariquita.
Vamos á hacer medio dia
Con comilona muy güeña,
Porque mató Magalena
La otra oveja que tenia.
Hoy tempranito, mi tia
Un cerdo le regaló,
Que es tan grande como yo,
Y por poderlo pelar
Lo ménos cuarenta baldes
De agua habrá que calentar,
Que convide las vecinas
Que al ménos sepan bailar,
Ro le deje de avisar
A Serapiay Laurentina.
- 6 —
Que es tan güeña bailarina
Y polquen de mi flor.
Luego al ñato Salvador
Pa relaciones mentao,
A ese puestero de a! lao
Y al vasco don Nicanor.
Que si tiene alguna estera
Para poner alfombrao,
Cosa que quede asentao
Sin levantar polvadera.
Un candil y una tijera
Pa cortar las tortas fritas;
Un lazo y tres argo!litas
Pa asegurar la tranquera,
Y ansí la gente de ajuera
No entrará como mulita.
La redecilla pa Juana,
Una peineta pa Luisa,
Y si tiene una camisa
Pa yo ponerme mañana.
También una palangana
Si tiene me ha de prestar,
La cara se han de lavar
Después de bailar las mosas;
Que si precisa otra cosa
Panquito la vendrá á buscar.
A más me dice mamita,
Que si tiene un catre giieno
Pa ponerlo al sereno
Que duerman las más chiquitas.
Porque van tres señoritas
Como con catorce hermanos,
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Y ansí no nos misturamos
Ni ios grandes ni los chicos
Que han de meter el hocico
Donde nosotros bailamos.
Ata á los tientos la estera
Que yo llevo lo demás,
El candil lo colgás
De un boton del tirador,
Y también el asador,
La palangana pesada,
No quiero llevarte nada;
Me pones en compromiso
Que pierda todas las cosas
Si se me asusta el petiso.
Gíieno, priésteme una rastra
Ya que Panchito no quiere
Ansina llevar se puede
Lo que se precisa en casa,
Y si tiene alguna taza
Para servir el licor
Porque si viene un señor
De la estancia de la Estrella
Si no le dan en la tasa
Se ha de acabar la botella.
RECUERDOS
Unos nacen con la estrella
De vivir muertos de risa,
Con esta sola divisa:
La diversión y el placer.
No sienten pena ni agrado,
A ellos nada les importa,
Diciendo: la vida es corta,
Lo mismo es hoy que ayer.
Yo comprendo de que todo
Me falta para ser poeta,
Como á un pintor la paleta
Y á un escultor el buril.
Si no tengo pulimento
Nunca he de hacer versos buenos;
Seré chuzo sin sereno
O sin aceite un candil.
Seré médico sin clientes,
Sin saber leer un letrado,
Sin causas un abogado,
Y rico en mi condición.
Que á veces no tengo plata
Para comprar cigarrillos.
Digo siempre este estribillo:
¡Si tuviera un patacón !
- 9 -
Yo nací al mundo que llaman,
Teniendo la imágen viva
De una madre que en la vida
Nos amó de corazón.
Y mi padre siempre ausente
Porque un militar él era,
Y seguía fiel su carrera
Porque tuvo vocación.
Yo también tuve para algo,
Según mi hermano me cuenta,
Que lloraba á pierna suelta
Por cualquier observación.
Me pusieron en la escuela
Y después de estar tres años,
Al brin le llamaba paño
Y al azúcar almidón.
El maestro, que me quería,
Rato á rato me pegaba,
Mil coscorrones me daba
Porque no sabia leer.
Una vez que examinaron
Me preguntaron ¿Qué es hombre?
Aunque de ello uno se asombre,
Yo no supe responder.
Luego pensé hacerme sastre
Y dije con arrogancia:
Buena será la ganancia
Cuando sepa trabajar.
Entré yo á una sastrería,
Me pinché como diez veces;
Después de tantos reveses
La tuve que abandonar.
- 10 -
HMg*
Entré para hacer sombreros.
El capataz me decía:
Venga pronto; porque había
Diez sombreros que limpiar.
Me daban una galera
Para que fuera formando,
Y siempre estaba gritando
Que yo no iba á adelantar.
Entré al fin de almacenero
Diciéndome á mi: Gabino,
Échele siempre agua al vino,
Que yo puro lo vendí,
Luego al fin llegó un dia
Que dijo con arrogancia:
Es muy poca la ganancia
No me conviene Vd.á mí.
En una revuelta que hubo,
Dije: voy á ver si pruebo
Carrera, que oficio nuevo
Ninguno quiero probar.
Y al ver que todos ludan
Trajes lindos y vistosos,
Corrí al cuartel presuroso
Y me vestí de militar.
Al principio me gustaba,
Teniendo siempre presente:
Sargento, Alférez, Teniente;
Después seré Capitán.
Pero después tanta guardia,
Y lo poco que comía,
A los tres meses había
Calmado todo mi afán.
- 11 -
Aquí me tienen, señores,
Este es el estudio que he hecho
Que su exclusivo provecho
Es ser sabio sin saber.
Tanto estudio, está bien Ciar
Que algo en blanco sacaría,
En cuánto á gastronomía
Nadie me gana á comer,
Voy á casas de visita,
Donde con mil cumplimientos
Pruebo apénas alimentos
Y no doy á comprender.
Más bien lugar á que digan:
Gabino se hace violencia,
Está haciendo penitencia,
O es de muy poco comer.
Otras me dicen: Gabino,
Caramba, que come poco,
; Qué no le ha gustado el iocro.
Ni el guiso, que es así ?
En ese instante me callo
Pero salgo murmurando,
Porque siempre estoy pensando
Que íué poco para mí.
Forjé á la mente ilusiones
Que ninguna fueron reales,
Lo que si en algo fatales
Porque el desengaño hallé.
Para aliviar esa pena
Un algo á mi me faltaba,
Hasta que al fin lo encontraba
Cuando yo me enamoré.
- 12 -
Éraunajóven hermosa
De una estatura bizarra,
Era mi encanto si hablaba,
Si lloraba mi aflicción.
Su morada era un ranchita
Donde iba todos los días,
Y siempre la entretenía
Tocándole el acordion.
Nunca yo llegué á decirle
Lo que por ella sentía
Si me hablaba enmudecía,
Si me miraba también.
Y cuando alguna persona
Conversación entablaba,
Al momento me enojaba
Mirándola con desdén.
Al fin llegó el fatal día
Que á mí me dijo la madre:
Ezeiza, aquí no entra nadie,
Ningún hombre más que usted.
Es preciso que se case,
La gente dirá otra cosa;
Cásese pronto con Rosa
Que en algo lo ayudaré.
Se formó de aquel asunto
Una especie de tormenta,
Me dijo: ¿ con cuánto cuenta?
Con algo; le respondí.
Tengo un catre y una mesa
Con una pata quebrada,
Y una sillita prestada
Que aun vecino le pedí.
- 13 -
No me conviene el asunto,
Dijo mi futura suegra;
Tendrán una suerte negra
Con tan pequeño caudal.
Y ya puede retirarse.
No la haga perder el tiempo,
De no, tiene usted un ejemplo
En Tomasita y Pascual.
Yo no tuve más remedio
Que decirles : hasta luego;
Pero el encendido fuego
No lo podía apagar.
Siempre rondando y rondando,
De noche y por la mañana,
Sin ver que la joven vana
Me pretendía engañar.
Me decía : vení luego
Y te acercás á la reja
Cuando se duerme la vieja,
Para darme algún papel.
Yo, incauto, lo recibía,
Donde mil veces me hablaba,
Otras yeces me insultaba
Diciéndome que era cruel.
Tanto rondaba y rondaba,
Hasta que al fin un una noche
Se bajó un señor de un coche
Diciéndome: ¿Qué hace aquí?
Quise hablarle yo y no pude;
El con un bastón de tala
Me puso como ensalada
Y en el momento me fui.
Los ayes de yo veterano
á S A ASON CARRASCO
En un triste recinto
Oscuro y vaporoso,
Silencio tenebroso
Reinaba por doquier.
Donde en humilde lecho
Con ¡ay! dolorido
Un anciano aílijido
Allí se alcanzaba á ver.
Junto á su lado estaba
Una joven hermosa,
Cintura flexible, airosa;
Rosados lábios tenía
Del color purpurino de una rosa.
El fuego diamantino de sus ojos
Entonces no brillaba
Porque el dolor de su alma revelaba.
Se vé por su pálida mejilla
Una lágrima que brilla
Del dolor fugitiva,
Fulgura cual lucero aquel instante
Luego á perderse entre sus manos iba
Qual fosfórica luz de algún diamante.
- 15
Su larga cabellera abandonada
F1 uctuaba por su frente y por su espal da
Cual las doradas nubes
Que adornan al sol
Cuando amanece el alba.
No os aflijáis, mi padre,
Decía con dulzura,
Quizás con esta cura
Podáis restablecer.
¡ Qué importa que no duerma
Mientras tu sueño velo,
Si es todo mi consuelo,
Y como hija mi deber!
Y oprimía con fuerza
Las manos del anciano,
Depositando en ellas
Mil besos con pasión.
Y lágrimas ó perlas
Brotaron de sus ojos
Y de sus lábios rojos
Suspiros y oración.
No, hija, no me aflije
La hora de la muerte
Sino tan sólo al verte
Que sufres con valor.
La miseria que pasas
Y que en el mundo sola
Te quedas, hija mía,
¡ Esto me causa horror !
16 -
Bien sabes que tu hermano
Se halla ahora en su destinó
Porque como buen Argentino
La Patria lo llamó.
Y está sirviendo á ella
Cual un soldado bravo,
Que debe ser esclavo
Del suelo en que nació.
Que yo en mejores tiempos
También mordí el cartucho ;
líe combatido mucho
Por nuestro pabellón.
Aún hacerlo puedo,
Decia con violencia,
Correr hasta el combate.
Al trueno del cañón.
La muerte en ese instante batiendo sus alas
Amengua del cuerpo su fuerza vital:
Y el bravo que un tiempo no hicieron las balas
Al pié de la tumba se viene á encontrar.
No teme á la muerte que en lenta agonía
Le hiere en el lecho, la siente venir;
Más en su delirio, nombrando á María,
Presiente en el mundo lo que ha de sufrir.
Su brazo que un tiempo temieron campeones
Levántale airado queriendo mandar
Y cree en su delirio que vé batallones,
Que en crudo combate les mira pelear.
La pálida frente levanta del lecho,
El resto de fuerza que dá el estertor,
Entonces se agita de nuevo en su pecho
Y herido se siente de nuevo dolor.
Viniendo el letargo la postra de nuevo.
María, angustiada, empieza á llorar
Al ver que se extingue del hálito el luego,
i Mi padre ! ¡ mi padre! se siente exclamar.
Sus ojos entreabre ; de nuevo se agita,
Y el ronco gemido postrero se oyó.
¡ Mi padre! ¡ mi padre ! Maria le grita ;
Al fin desmayada al suelo cayó.
LAS NOCHES DEL ALMA
DEDICADO AL DOCTOR
MAGARIÑOS CERVANTES
Eran las noches de mi alma
Por estrellas coronadas,
Ni una nube las empañaba
De penas ni de dolor.
Y mi espíritu tranquilo
Que reflejaba en mi mente
Como la estrella del Oriente
Cuando se ha ocultado el sol.
Luego el corazón latía
Como un astro que riera
Por la impulsión que le diera
Otro astro que ya pasó.
La luna de mi esperanza
Iluminaba con calma
El santuario de aquella alma
Que de la mia dependió.
Noche en que el alma se aduerme
Entre ilusiones tan bellas,
Cuando esa luna y estrellas
Iluminan la razón.
Y que el día de la infancia
Despertando blandamente
Nos traen aurora esplendente
Que halagan al corazón.
- 19 -
Gozaba yo en una noche
Como otras tantas, serena:
Una nubecilla apenas
En Occidente asomó,
Que lentamente creciendo
El cielo la fué empañando,
Fui ronco trueno escuchando
Y después, oscureció.
El espacio por momentos
El relámpago ilumina;
Doquier el rayo fulmina...
El agua empieza á caer.
Mi pobre madre, que entonces,
Gozaba de dulce vida,
Fué por la segur herida:
Pasó del ser al no ser.
Luego yo busqué un asilo,
Como busca el peregrino
Que á lo largo del camino
Lo sorprende el vendabal.
Cuyo bosque impenetrable
De la azarosa existencia,
Lo vé mecer con violencia
Sin que en él se atreva á entrar.
Dudé, di un paso adelante,
Quedé como electrizado,
Por un terror embargado
Que hasta entonces no sentí.
Luego después reaccionando,
Elevaba erguida la frente,
Cuando encontré de repente
El abismo en que me hundí.
- 20 -
El golpe fué tan tremendo
Que allí quedé electrizado,
Luego que había pasado
La furia del vendabal,
Al lucir la nueva aurora,
El rocío matutino
Besando mi frente vino
Despertando mi vital.
Me senté sobresaltado,
Llevé la mano á mi frente,
Cuando se agolpó á mi mente
La causa de mi dolor.
Me arrastraba aquel abismo ;
Quise salir al momento,
Pero vano fué mi intento,
Lancé un ¡ay! desgarrador.
Llena el alma de congoja
Y con la piel desgarrada,
Alzé al cielo una mirada
Y á Dios clemencia pedí.
Después de hacer un esfuerzo
Asiéndome iba á la roca;
Con una alegría loca
De aquel abismo salí.
Sentí ambicionar la gloria
Que el hombre forja y la sueña,
En donde su vida empeña
Con la fuerza de un titán.
Ella á sido siempre esquiva,
Sorda á mi constante ruego,
He caido rendido luego
Muerto del todo mi afan.
Vega y Dolores
Vibra la cuerda sonora
Porque mi mano la imprime,
Y en sus notas ella gime
Remedando algún dolor ;
Como si ella se quejara
Porque tengo sentimiento,.
Cual palma que gime al viento
De un huracán bramador.
Tal vez él que te ha inventado
Lo hizo en un rato tan triste
De que obligada te viste
Para heredar su pesar.
Y una lágrima ha rodado
Por tus cuerdas al pulsarla,
Y ahora quieres recordarla
Cuando yo vengo á cantar.
Si tienes algún secreto,
Yo por completo lo ignoro ;
Por la causa de que lloro
Tú nunca puedes Dorar.
Porque tú eres insensible
Al dolor y al sufrimiento,
Pero yo, si penas siento,
Penas tengo que cantar.
- 22 -
Lo que soñando ambiciono
Despierto lloro cantando,
Angustias que va formando.
La marea del pesar.
Panal que el hombre divisa
Tan lejos en lontananza,
Que pierde al fin la esperanza
Si no la vé reflejar.
La ilusión que alimentaba
Como todo la he perdido ;
Busco llorando, afligido,
Las glorias del payador.
Cantando mi desventura
Con las delicias, ajenas,
He formado una cadena
De penas y de dolor.
Vega la pulsó mil veces,
Y cada vez que lo hizo
Fué con el gran compromiso,
Porque tuvo que llorar.
Era un paria del desierto
Era un trovador errante,
Sobre sus penas de amante
Algo les voy á cantar.
Amó una mujer, un ángel,
De belleza sorprendente,
Que antes la forjó su mente
Que llegarla á conocer.
Flor que nacida al amparo
De un porvenir halagüeño,
Hizo de Vega su sueño
Y le supo responder.
23 -
Mas la dicha no es completa
Para el corazón humano;
Tuvo ella un padre tirano
Y de creciente ambición,
Que á más de quitarle á Vega
Los bienes de que él tenía,
Le quitó con la alegría
La paz de su corazón.
Él soportaba en el silencio,
Pero otro dolor más fuerte,
Terrible como la muerte,
Le hizo venganza jurar.
Como fiera perseguida
Le tuvieron maniatado;
Quedó en su rostro estampado
De una mano la señal.
Selló sus labios y entonces
Un relámpago terrible
Plizo su rostro impasible
Cubrirse de animación.
Mirando aquellos verdugos
Con gran desprecio y enojo,
Brotó el llanto de sus ojos
Venganza del corazón,
Dolores, que ese era el nombre
De la prenda que él amaba,
Cual Magdalena lloraba
Pidiendo" por él piedad.
Pero nadie se enternece
Y todos le echan en cara
Que por un paria lloraba
Su perdida libertad.
A mi amigo Trejo
Recuerdo, Trejo, una noche
Que iba de luto cubierto,
Le pregunté: ¿ Quién se ha muerto
Mi madre, me respondió.
Entonces yo silencioso
Le dirigí una mirada,
Pedí al punto una guitarra;
Raconé me la alcanzó.
Después de hacer un preludio
Cantaba con sentimiento,
Puesto que igual dolor siento,
Recuerdo que dije así:
Me dice Vd., amigo Trejo,
Que es la madre que ha perdido:
Pise dolor ya he sufrido,
Porque ya pasó por mí.
Canté como canta el ave
Cuando se halla en la pradera,
Que pierde su compañera
Y no la puede encontrar.
Canté yo porque sentía,
En lo que iba cantando
Las cuerdas se iban cortando,
Sin poderlo remediar.
- 25
La imagen del sentimiento
Que por mi rostro rodaba,
La frágil cuerda cortaba
Porque yo también lloré.
Después en la última estrofa
Recuerdo que yo le dije:
; Porqué, Trejo, usted se aflige?
Soy huérfano como usted.
Yo ese dolor lo conservo
Lo mismo que el primer día;
No tengo en mi compañía
Quien me pueda consolar.
Usted, Trejo, es diferente:
Tiene un ángel á su lado
Que hace tiempo habrá logrado
Tanto dolor mitigar.
Yo que un volcán de pasiones
Conservo siempre en la mente,
Extinguen secretamente
A mi espíritu y mi sér.
Luego después no podría
Elevarme hasta otra esfera;
Hay en el mundo barreras
Que no se pueden romper.
DOS EXTREMOS
¡i (J. A.
Es muy bella nuestra vida
Cuando no se escucha el llanto,
Que todo es célico encanto
De venturas y de amor.
Cuando todo nos sonríe,
Estando tranquila el alma,
No perturbando la calma
Ni el más mínimo dolor.
Cuando si amamos, nos aman,
Y todo el mundo nos quiere,
Luego realizarse puede
La ilusión que alimentó.
Y si la ambición de gloria
Que la persona tenía
Sale realizada un día
Cuando menos lo pensó.
Que si uno va por la calle
Lo señalen con el dedo
Como émulo de Quevedo,
Espronceda ó Alarcón.
Si algo dice, lo admiran
Elogiando su talento;
Que todo sea contento
Y mucha satisfacción.
- 27 -
Es bello si cada, día
Luce nuevos pantalones,
Gastando el oro á montones
Sin que mire para atrás.
Si juega á la lotería
Que saque una vez la grande
Para ser doquiera que ande,
Generoso por demás.
Que tenga alguna casita
De su propiedad exlusiva,
Así más tranquilo viva
Sin pagar el alquiler.
Luego si después se casa,
No tenga una suerte negra,
Que sea buena la suegra
Y sin celos las mujer.
Es bello si los domingos
Se va, en el verano, al Prado,
A comer un buen asado
A la criolla, al asador.
Después que vuelve á su casa,
Cuando ha descansado un rato,
Vaya en la voíanta al teatro
De propiedad del señor.
Pero es triste si á todo esto
No tiene hermanos ni amigos,
Si falta á su cuerpo abrigos,
Y á su estómago ración.
Si nadie le considera
Que es humilde ciudadano,
Y hasta le niegan la mano
Estando en una reunión,
- 28 -
Pero es triste si no tiene
Un vintén para su gasto
Y el catre que hay en el cuarto
Ya se le está por romper.
O el dueño de casa dice
Que pronto mudarse debe,
Que ya tenerlo no puede
No pagando el alquiler.
Luego después si el empleo
Que solicita no lo halla,
Teniendo cruda batalla
Soñando en el porvenir.
De la aspiración que tuvo
Al ver el cruel desencanto
Llora el desgraciado tanto,
Que se aburre de vivir.
Es muy triste si es casado
Teniendo una suegra arpía,
Que reniega noche y día
Sin dejarlo descansar.
O la mujer le molesta
Porque le compre un sombrero,
Cuando el pobre ni un puchero
Les puede á los hijos dar.
Si á la puerta los domingos
vienen á golpear ingleses..
Al carbonero tres meses,
Dos de gasto de almacén.
29 -
El se deshace en cumplidos,
Los hace entrar á la pieza,
Diciendo con entereza:
Pronto les voy á pagar.
Quiere brindarle un mate,
Pero al rato se recuerda
Que se ha acabado la yerba,
Sin tener con que comprar.
Dos extremos muy diversos
Que muchas veces nos pasa:
Es un mundo cada casa,
De esto nada hay que extrañar.
Que yo recordando ahora
Hechos de mejores tiempos,
Los he puesto como ejemplos
De lo que suele pasar.
FIN
lírDICE
La pailita....................Pdg< 5
Recuerdos....................... » 8
Los ayes de un veterano ( á Sansón
Carrasco).................... » 14
Las noches del alma (dedicado al doc-
tor Magariños Cervantes).... » 18
Vega y Dolores.................. * 21
A mi amigo Trejo................ * 24
Dos extremos (á G. A.).......... » 26