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Crónica
estrellas, con oro de sol y azul de
cielo. Y sobre todo, con cuanta risa
fresca!
Vivir, vivir, con la boca llena de
risas y los ojos brillantes de luz y
el corazón henchido de amor. Rien
do, riendo, riendo, sin fin y sin ra
zón, loco de escándalo, loco de feli
cidad, loco y borracho de viento, de
aroma, de sol, de primavera.
La vida es fuego, remolino, liebre,
plata, miel, agua, búcaro de rosas,
llor de besos, risa de mujer, ala de
golondrina, claro de luna, vuelo de
canción.
Telmo MANACORDA
Salto.
LEOPOLDO CENTURIÓN
Tipo del mucha
cho malo, del terri
ble muchacho que
produce inquietud, y
a su paso, las gen
tes, no sabe si odiar
le o admirarle.
Hijo del siglo, de
nuestro siglo espiri
tual del arte, llena
de vibraciones so
noras, sutil y mis
teriosa, mariposean
te e histérica, que
siente la avidés sen
sual y morbosa, de
voradora, insacia
ble, de capturar sen
saciones.
El ¿apasionado y
exaltante delirio de
su prosa, con ruti-
lancias de verdade
ra belleza, y cuyo
hálito conmueve y
satura el espíritu de
una delectación ala"
gadora, no es más
que un desahogo del
ardor inquieto, la delicada sencibili-
■dad, diríase trágica, de su alma.
Padece del exotismo literario—su
blime mal!—que le hará el eterno
desadaptado.
Ebrio de idealidad y de ensueño,
marca sus pasos por
los senderos abrup
tos que lleva a la
morada intangible
de la Belleza, ence
rrada, inviolable co
mo esencia de los
dioses, en misterio
sos vasos ofrénda
nos, allá en las cum
bres veladas donde
aletea impalpable
el azul...
Espoleado por el
aguijón torturante
de nuestra existen
cia ultra - moderna,
lleva la incurable
nostalgia de la vi
sión obsesionan te
de Lutecia, la ama
da, de promeseros
labios, de los cuales
penden, todos los
deseos, todas las lo
curas, de la volup
tuosidad del placer
y de la muerte!
Hay presagios de
triunfo en los bellos horizontes irisa
dos de prístinas luces de aurora
que nimba la frente de los esforza
dos caminantes hacia el más allá
de las etapas ¡.leales. Y Ceturión mar
cha a 'su encuentro . M A.
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