VIDA MONTEVIDEANA
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SUMARIO
TEXTO: Juegos Florales, por La Redacción—Juegos
Florales en San José, Aviso—Mañanas
ije estío, poesia por Aurelio Berro-— Amanda,
por la señorita ¿ Sara Julieta Arlas—Pámpano,
poesia por Horacio F. Rodríguez—La hipérbole
bel arte—Nerón, estudio íilosóíico-histórico
-literario por Francisco Caraciolo Aratta — El
alma de la poesía, poesia por Gurmán Papi-
m y Zas—jSólo! por Werther—¿Qué es poesía?
poesia por Salvador Díaz Mirón—Acuña y Ro-
sarío, pagina del libro en preparación «Poetas
Mejicanos» por Cúrios G. Amézaga—Base ball,
soneto por Torrenegra—MI¿vreté, por José M.
Barreto—El canto de la tórtola, poesia
por Manuel Padilla Dávilla—La maestra, por
Vt'ce Gama—Rip-Rip el aparecido, por Ma
nuel Gutiérrez Fajera ( conclueión )—El amor,
por R. M. Sans—Las puertas de la civili
zación, por el doctor Francisco Cobos—Algo
sobre modas, por Faro de Vigo—Mi matri
monio, por L. Halevy (traducción')—Amor y
U ¿ > fuego, por Juan Buscón (conelus’ón)
GRABADOS: Galería de bellezas montevideanas: An-
gelita Aguirre, fotografia de Chute y Brooks
—La Gruta del Palacio, en el departamento
de Flores—El faro de Punta de carretas,
próximo á la ciudad de Montevides—Ambos de
* fotografía de Emilio A. Coll y Compañía de Bue-
' uos Aires.
•TOMOS
Deseando propender al desarrollo de las
Bellas Letras en nuestra Patria, y notando la
falta de estímulo y la sobra de indiferencia
por todolo que se relaciona conla literatura,
la Dirección de la Revista Vida Montevi-
deana, con la autoridad que le prestan sus
numerosos y notables colaboradores, ha
acordado establecer un Certamen Literario
y Juegos Florales, de los que ha de redun
dar mayor beneficio por la causa de la . ilus
tración intelectual de los orientales.
El momento no puede ser más oportuno,
por cuanto dentro de poco se elevará en la
ciudad de San José de Mayo el primer mo
numento á la memoria del prócer de la
Independencia Uruguaya, General don José
Gervasio Artigas.
Así, la Dirección de Vida Montevideana
hallará la forma adecuada para que en la
solemnidad de la erección del monumento,
se efectúen en la ciudad de San José de Ma
yo los Juegos Florales, cuyas bases son las
que van en seguida.
temas :
I ema A — Composición en verso á Artigas.
Tema 8 — Poesía ó canto al Amor.
Tema C — Trabajo en prosa sobre los des^
tinos del Arte.
Tema D — Trabajo en prosa sobre las causas
del decrecimiento del matrimonio
en la República.
Jema E — Soneto con libertad de temas.
Tema F — Causas del indiferentismo por la
literatura nacional.
Hay que advertir que todas, las produc
ciones deberán ser inéditas, y los artículos
en prosa no podran exceder en estención á
dos páginas de la revista Vida Montevideana.
Los trabajos deberán ser presentados á la
Dirección de Vida Montevideana antes del
I o de Febrero de 1898, debiendo ir en dos
sobres distintos: en uno, ¿1 trabajo con un
lema; en otro, el lema anterior en el so
brescrito,’y dentro del sobre cerrado y la
crado, la firma del autor y su domicilio.
Este último sobre se abrirá en caso de que
resultase premiada la composición que lo
acompañe, y denó, será devuelto sin abrirse,
al interesado.
El Jurado se compondrá de seis literatos
de nota de la República, cuyos nombres, se
harán conocer brevemente por medió de
la prensa, así como también se publicarán
los títulos y lemas de los trabajos que se
vayan presentando al concurso.
Él Jurado dictaminará cual de las compo
siciones de cada tema merece compensarse
ccn los siguientes
premios :
Tema A: ier. premio: Medalla de Oro —
2 o Medalla de bronce — 3 0 Men
ción honorífica.
Tema B: ier. premio: La rosa natural —
2 o Mención honorífica.
El agraciado con el primer pre
mio en este tema, elegirá la Reina
del Torneo.
Tema C: ier. premio: Un pensamiento de
oro esmaltado — 2 0 Mención ho
norífica.
Tema D: ier premio: Un lapicero de oro y
brillantes—2° Mención honorífica.
Tema E : Unico premio: Medalla de bronce
Tema F: Unico premio: Medalla de bronce.
Las composiciones premiadas se publica
rán en la revista Vida Montevideana, y
serán leídas por sus autores en el acto de
la distribución de los premios, la que tendrá
lugar en la ciudad de San José, el día y hora
que acuerde la Comisión de los festejos en
honor de Artigas, en combinación con la
Dirección de Vida Montevideana.
JUEGOS FLORALES EN SAN JOSÉ
AVISO
Hasta esta fecha se han recibido en la Di
rección de Vida Montevideana los siguientes
trabajos para los Juegos Florales á celebrar
se en San José:
A Artigas (soneto.)—El autor opta por el
tema A. de las bases—Lema: La es
pada es gloria y el trabajo, vida.
La escolta del Amor—Trabajo en prosa com-
piendido en c! tema D. delas bases:
sobre las causas del decrecimiento
del matrimonio en la República-
Lema: Por el Amor, la vida es bella.
El Canto del Amor, — Poesía comprendida
en el tema B de las bases—Lema:
Amor, eterno Amor, alma del inun
do.
Montevideo, Diciembre 4 de 1897.
<^o O^o>@-o
MáSàlâS DE 25IÍS
De la, loma al pié, una fuente
de hermosura peregrina,
bajo sauces lagrimosos
deja ver su clara linfa.
fin sus márgenes de grama
reclinada está una niña,
sonrosada, blanda y bella,
cual la aurora que la mira.
De su cuello y su cintura
las lazadas desceñidas;
en el seno contorneado
blando abrigo halla la brisa.
Sin gustar de ja frescura
con que el agua la convida,
por sobre ella prestamente
el desnudo pié desliza.
Alza á veces puras, gotas
que al caer forman mil prismas,
dando paso á los destellos
que el naciente sol envía.
La llotante cabellera
en los hombros se ensortija,
ya los besa, ya se aparta
de las auras impelida.
' En lá fuente acaso toca
y fugaz el agua riza,
cual las alas presurosas
del acción que allí se anida.
fin sus manos tiene un ramo
la rosada y blanca niña,
de marchitos azahares.
y cerradas margaritas.
Le contempla dentro el agua
deja el pié, que el frió eriza,
.y risueños pensamientos .
en su'bella faz se pintan.
De los ojos renegridos
se humedecen las pupilas,
y halagüeños, como nunca,
con no visto fuego brillan.
¿Qué tendrá, pues, ese ramo
que la pone asi festiva?
¿El enlace será, acaso,
de azahary margaritas?
Es que ayer, en la alborada,
al venir, aún adormida,
á bañarse en esa fuente,
cuyas aguas hoy esquiva,
Halló el ramo atado al sáuce
con celestes blancas cintas,
sujetando, a! mismo tiempo,
unas décimas sentidas.
Que es á ella á quién han sido
esas trovas dirijidas,
duda alguna no la queda,
¿más por quién fueron escritas?
No lo sabe, aunque sospecha,
son de alguno cuya vista,
vió mil veces fija en ella .
en los bailes de las trillas, .
Y se cuenta que él la hizo,
no había mucho, compañía,
al volver de unas carreras,
hasta el rancho donde habita.
La plateada luna entonces,
derramando luces vivas
se mostraba, con la madre
del amor, toda encendida.
¡Cuán hermosa está esa estrella!
prorrumpió la dulce niña,
que entregada á ideas vagas
contemplándola venia.
Y él la dijo, luego al punto,
«es verdad... siempre divina,»
y clavó sus tiernos ojos
en los de ella distraída.
El misterio que esas voces
y miradas envolvían,
no sé yo si desde luego
la inocente entendería.
Pero sí que desde entonces
siempre está imaginativa,
cuando vé cómo esa estrella
en el puro cielo brilla.
Adolfo BERRO
Montevideo.
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»
Daban las siete en uno de los viejos torreones
del pueblo.
El sol, que poco antes se erguía altanero, envia
ba sus últimos rayos, tristes, mustios, sin fuerza, ,
como queriendo ser partícipe de la honda tristeza
y desaliento que dominaba á los habitantes de
aquel.
lt
Una de esas luchas civiles, que siembran la
desolación, la ruina y el luto en los hogares, debía
librarse en sus.pacificos contornos. Allí se encon
trarían los dos ejércitos enemigos y tendrían que 1
lidiar hermanos contra hermanos, padre contra
hijos y vice versa, rompiendo los vínculos sagra- f\
dos de la familia. Se trataba de derrocar al gober
nante funesto, oprobio de su patria, que la arras
traba descaradamente al borde del abismo, deja
ruina, de la depravación más infame.
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Entre las que verían partir á sus amados, se en
contraba Amanda.
Nadie más desalentada que ella!
Próxi na á enlazarse para siempre con el pro
metido de su alma, Ricardo, veia el alcázar de sus
ilusiones rodar con estrépito, derribado por lama-
no brutal del destino.
•Apoyada contra los barrotes de una entreabier
ta ventana con su blanco traje, sil negra cabellera
suelta y fija la vista en el punto por donde debía ,
aparecer su adorado, la joven devoraba los mo
mentos con febril ansiedad. Pálida, como la esta
tua del dolor, denunciaba su semblante lo qué
pasaba en su corazón.