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obrero ha sido siempre la causa de las dificultades que han im
pedido la unión de los trabajadores. El día que el movimiento
proletario esté en manos de los mismos obreros, movidos por
intereses únicamente obreros, la unión será un hecho. Los que
estamos algo enterados de los entretelones policíaco-proletarios,
sabemos que los agitadores profesionales y los periódicos rojos
.están pagados por los gobiernos ocho veces de diez. La única
palabra sana que se ha predicado a los que sufren la esclavitud
moral, es la pronunciada por Jorge Sorel, mezcla de benedictino
y de revolucionario. No, el hombre, más que un ser de tempe
ramento económico, como sostiene el marxismo, es un ser de
temperamento religioso. Con la historia nos demuestra que solo
•el fervor ha hecho avanzar a los hombres. Es por lo tanto ne
cesaria la actitud heroica dentro de la clase oprimida para que
las murallas capitalistas artificiales a esta altura del progreso
espiritual, sean arrasadas. El sindicalismo romántico se coloca así
más en la realidad histórica que el marxismo positivista; puesto
que aquél no pretende destruir nada de lo alcanzado técnica
mente por los pueblos, sino que coloca la revolución en el mun
do moral coincidiendo aquí y completándolo con la Internacio
nal Claridad, que se ha quedado demasiado en la vaguedad in-
telectualista. El caso de Italia, desde un punto de vista filosó
fico, no puede más que angustiarnos, pues nos demuestra lo
lejano que está aún el día de la justicia. Pero considerado cien
tíficamente nos interesa, pues sumado al caso de Rusia y al
estado de Europa, nos advierte de la realidad biológica del na
cionalismo industrial y económico. Nuestra misión entonces
debe ser un implacable martilleo contra los viejos ídolos del
proletariado y una serena custodia de los valores técnicos y mo
rales adquiridos por la civilización. En cuanto al progreso y a
la consecución de una paz universal, nos declaramos optimistas
y creyentes en un fatal alumbramieno del espíritu. La guerra
ha sido desastrosa para la civilización. Pero ha liquidado para
siempre la estabilidad burguesa y ha puesto al proletariado en
el camino de Damasco. Además, los millones de muertos no han
sido en vano. Esos homenajes de pueblos enteros al soldado
•desconocido y esos fantásticos cementerios llamados parques del