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Bien es verdad que yo nunca presenté poesías mías al juicio
de ningún jurado. Ni sé cómo hago esta salvedad. ¡Alejo Díaz pre
sentando sus poemas a otros hombres para que ellos fallen si son
buenos o no!
Volviendo al objeto de mi carta. No me explico cómo nadie ha
hecho oir su voz de protesta por el escandaloso plagio de que ha si
do víctima el autor de... Me encuentro con que no sé cual de las
dos obras fué la primera en estrenarse. Pero, cualquiera de las dos.
este plagio constituye un hecho vergonzoso e inaudito digno de los
más duros calificativos. Yo había oído decir que en Buenos Aires
estaba de moda la cleptomanía pero nunca llegué a imaginar — y
eso que mi imaginación es de lo mejorcito que anda por ahí,—que
invadiera las esferas teatrales en forma tan desvergonzada, ya que
las dos obras se daban al mismo tiempo con el aplauso del público
y el silencio no sé si culpable de los críticos. Es tal la similitud de
sus personajes, de las situaciones, de los parlamentos, que si una
de ellas no estuviera escrita en verso y la otra en prosa y en una
de ellas no llorara Manuelita más que en la otra, yo hubiera asisti
do por dos veces a ver Manuelita Rozas o La Divisa Punzó. Y no
hablemos del argumento que con muy pocas variantes es en ambas
el misino. Hasta hay un sereno que canta en la misma forma, la mis
ma hora y las mismas condiciones del tiempo. Una prueba que con
sidero irrefutable es que este sereno en ambas obras, produce en
el ánimo del espectador la misma honda impresión. Este hallazgo
prodigioso del señor (?) lo incluiré en un drama que estoy termi
nando y que trataré de estrenar próximamente, siempre cpie el se
ñor (?) me conceda el permiso que en oportunidad solicitaré.
Noto que al llegar a esta parte estoy temblando de fiera indig
nación, porque cualquiera de los dos autores que sea el culpable
no hay duda de que lo ha hecho con premeditación, alevosía y en
sañamiento.
(Un momentito. Voy a buscar otra vela, pues ésta ya está por
terminarse. Si tuviera tiempo hablaría del simbolismo de la vela
con respecto a la vida del hombre).
Continúo :
Pero con todo esto ¿quién plagió a quién?