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LAS POESÍAS DE JOSÉ E. LORA
nios, me enfada tanto como el Mecenismo, esa mentirosa
tendencia á protegerlos;
yo, no descubro á nadie:
esa obstetricia de la celebridad, no la ejerzo;
yo, no soy, un ginecólogo del Mérito;
cuando de un escritor joven, hablo, no tengo el designio
<le revelarlo al Mundo; Sino, que digo, de su revelación en
mi Mundo Interior, y, lo que su Alma, dijo á mi Alma, en
el fondo inabarcable del Misterio y del Silencio;
tal es el caso del presente libro;
El Arte es una auto-contemplación;
el mundo, visto en el fondo de su YO mental, enorme
mente sentido palpitar, y, hecho gráfica expresión: el Ar
te, es, eso;
es el instinto de contemplarnos, lo que hace el Arte sub
jetivo, y, es, el instinto de revelarnos, lo que hace su ex
presión;
una Revelación: eso es, toda: Obra de Arte;
un Poeta, es una condensación, de Infinito-Ignoto;
el Abismo incendiado está en él; de esa tiniebla, inter
mitentemente roja, nace el genio;
¿quién dirá nunca las profundidades vertiginosas y cla
morosas, que se agitan en el alma de un Poeta?;
su canto, es sólo la cristalización de un átomo de su
alma;
lo Infinito de su creación, transparentó apenas, bajo
los velos del lenguaje;
juzgar la Obra de un Poeta, es juzgar el fantasma de
su sueño;
quien dice Poeta, dice: Profeta;
y, quien dice Profeta, dice Vidente, y dice Visionario;
la óptica del Oenio, es hecha para los cielos de la Divi
nidad;
los horizontes de la Visión, no expiran sino sobre las
costas tenebrosas de la Tempestad;
no pidáis al Poeta, la materialización de su Quimera:
mataríais el Sol;