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CERVANTES
cosas para dar idea a los lectores de lo que en
cierran de belleza de concepto, de ironía y de
estilo grácil, estas ciento ochenta y cinco pági
nas nutridas; donde toda la sutileza de un espí
ritu francés se alía al garbo y al ímpetu de un
catalán nacionalista que trata de imponer su
personalidad en el mundo... Pujulá y Vallès es
doblemente digno de admiración como héroe
que se bate en las trincheras y como escritor
que deleita con sus aperçus finos y exactos.
* ■* *
Fernando López Martín: Oraciones paganas
(Poesías).—Madrid, 1918.
He aquí un recio y buen poeta. ¡Cómo place
entre la turbamulta de rapsodistas, de imita
dores, de parodistas, y hasta de plagiarios des
enmascarados; —los unos copian de Stecchetti,
los otros sustraen a Carducci, quienes toman
el tono a Verlaine y quienes roban descarada
mente a Laforgue—un poeta sano, fuerte,'na
tural y sin postizos literarios!...
La poesía de López Martín es asimilable a
su contextura física; recio, poderoso, atlético,
capaz de coger a un toro por los cuernos o de
abatir a un oso, tiene la bondad ingénita de
estos gigantes que juegan con los niños. No
hay sino dos especies de Hércules: los Hércu
les que viven de imponer su fuerza, de explo
tarla, de cotizarla, dejándola caer a merced de
su conveniencia; éstos son los provocativos,
los matones, los jaques; y hay otros Hércules,
esos Hércules sencillos y puros, ingenuos y
confiados, que defienden a los niños y a los dé-