PROA
contrario, se caracterizaban y se les re
conocía por hallarse siempre disparados
y lo más distantes posible de la cabeza
y cuerpo humanos, siendo lo más alar
gados, externos, salidos y correcalles que
hubiera, además de su singularidad eter
na de ser un artículo par, y andar obli
gando a todo a ser par, como par de
medias, par de botines, a diferencia de
la nariz que se basta con un arco de
anteojos, puesto encima por ser impar.
Es comprobada la constancia de los
zapateros que nunca han variado de ocu
pación siendo ellos siempre los que ha
cen los botines y han aconsejado su co
locación en los pies como la más cómoda,
muy superior a la costumbre nunca usa
da de llevarlos en una vlallija o en el bol
sillo. No son los peluqueros pues los que
hacen todo incluso botines, como pre
tenden hacerlo creer por su peinado y
la conversación que dirigen a la cabeza
del cliente como para llenársela por si
está vacía. Si usasen la conversación par
tida. al medio como el inimitable peina
do, tendrían para dos clientes a la vez.
mas como cada cliente tiene otro artista
para él en ese momento, un fuerte so
brante de conversación fluiría hacia la
puerta del negocio y correría por las ca
lles. teniendo su manantial en las bar
berías y su cauce en la calzada, que se
gún indica su nombre, es jurisdicción de
los zapateros.
No veo otro camino para que los pe
luqueros invadieran, como tanto lo han
deseado, el oficio de aquellos, logrando
hacer brillar su arte en ambos extremos
anatómicos. Por otra parte, el peinado
es una manera de pensar por fuera de
la cabeza, por lo qué debiehan sentirse
orgullosos los artesanos que tomando la
navaja al dejar las tijeras, nos tienen tan
acobardados y sitiados como para des
pojarnos de nuestro propio cabello sin
protesta ni intento de fuga.
Pero volviendo al asunto inmediato,
que no olvidaré un solo momento, que
ría enseñar que si los callos originaron
los botines, éstos están haciendo nacer
tantos callos que pronto volveremos al
callo único. Es, pues, un círculo el pro
greso y la espita! de Goethe no condice
con el casposo principio |y efl calloso
final de lia' anatomía humana.
Macedonio FERNANDEZ
TRES POEMAS
I
Las horas calladas
como ídolos de oro y fuego
Espérame siempre
aunque no lleguen
Mientras
cuenta los días blancos
de mi ausencia.
II
El horizonte se ha tendido
como un grito
a lo largo de la tarde
y el silencio se encumbra
sobre el bullicio efímero de tu alma
III
Sombras encaramadas
como buscando un grito por el silencio
Pué muriendo el crepúsculo
cargado de preludios sangrientos
En el aire
una llovizna de hojas
se columpia
y la noche se convierte
en un pais de angustias.
N oka ti LANGE.
MACEDONERIAS
Confesiones de un recién llenado
al mundo literario
(Esforzados estudios y brillantes
primeras equivocaciones)
Tengo que asentar las siguientes ob
servaciones y otras no menos siguientes
que me comprometo a que se me ocurran
Con motivo de la carestía de los ci
garrillos, éstos se han puesto más bara
tos, y para que parezcan menos cortos, los
hacen más largos. Pana una persona que
por primera vez es un recién llegado, es
to le confunde de tal manera que le
entra el sentimiento de que lo están vien
do por la calle desnudo saliendo de una
sastrería.
TODOS LOS PAJAROS
Todos los pájaros sin habla
quieren alzar el vuelo de mi garganta
En las palmas viajeras de las páginas
van vilanos caídos de mi alma
El rumor de la fuente
perfora la mañana
Es el péndulo campestre
que no termina nunca la cuerda
Todos ios poemas son cruces
en el cementerio del tiempo
J. R. PANEDAS
Madrid.
No es menos cierto que existen insom
nios que afectan al mismo tiempo la fa
cultad de dormir y lia de estar despierto,
y lo digo, con toda la seriedad del hom
bre durmiendo, para elegir entre dos co
queterías. óptese por la peculiaridad de
ser un gran dormilón, porque es facti
ble aparentar dormir — aunque fatigo
so, — y en ningún país es fácil aparen
tar estar despierto cuando uno duerme.
Aquí se sabe por los diarias, que una
persona que ha sido despertada durante
un simple cuarto de hora, por la caída
del techo sobre su cama, o por el paso si
giloso de un gato por la pared que debe
ría tener el terreno de enfrente, y con
tinúa durmiendo de seguida hasta que
la desayune alguna sirvienta, no dejará
de proclamar por todo el día siguiente, el
POEMAS
Se apretarán los besos en tus labios
Cual si fueran alondras en un nido
El incensario del jardín
perfumará mis sueños
—Jardín pequeño para tanta estrella—
A la gran clarinada de tus ojos
temblarán los himnos dormidos
cada flor será una antorcha
y cadia árbol
una pajarera de trinos.
En su clara hondonada
sentirán vértigo los astros.
Allá en las quintas el molino
flor metálica!
plagiando su altivez al mirasol
Sobre un arbolito huérfano dos palomas
banderitas blancas
con un cariñito de sol sobre las alas
Los pajaritos desparramados por el campo
como pétalos de una flor deshojada
Tus manos ingenuas como los caminos del huerto
y la mañanita asustada entre las zarzas.
Guillermo JUAN.
NOCHE DE SAN JUAN
El poniente implacable en esplendores
quebró a filo de espada las distancias
Suave como un sauzal está la noche
Rojas chisporrotean
las cálidas guitarras de las bruscas hogueras
leña sacrificada
que se desangra en briosa llamarada
bandera viva en ágil travesura
La sombra es apacible como una lejanía
Bien recuerdan las calles
que fueron campo un día
Toda la santa noche la soledad rezando
el rosario disperso de astros desparramados.
Jorge - Luis BORGES.