PROA N° 2. Edición facsimilar | 53
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8ingford par^ escribir un libro 1 Seguramente que no sería un libro
interesante. Su futuro autor tenía unos ojos incoloros tan poco
sugestivo« como asas bolitas de cristal que los niños arrojan a la calle.
•Este hbmbre viajaba en vano. No vería nada aun cuando inventara
un telescopio y un microscopio de bolsillo. Podría escribir el mismo
libro Sentado en su escritorio de hielo bajo la mirada estática y vacía
del |iord. Sóh> frente al mar se #ulquiere una idea clara cbfclo que
es }a verdadera contemplación. En el ritmo profunde que envuelve,
cómo uña serpiente.enroscada en anillos concéntricos, la incansable
yirginida^de las olas, se apaga toda tensión individual y nuestras
facultades activas se inhiben automáticamente, dejándonos a merced
defmar que nos invade matemalmente sin sobresaltos ni violencias.
Cuando nos entregamos por primera vez a él, comprendemos clara
mente que había una puerta en nuestro espíritu, que hasta entonces
permaneció inviolada. Es como si penetrara una gran bocanada de
diafanidad en una torre mucho tiempo cerrada. Nos sentimos a gusto
en la naturaleza, hay una perfecta economía entre nosotros y lo ex-
tsrior. Y es porque la imaginación se pone de acuerdo con lo que
mira. El malestar que experimentamos en la vida sedentaria es de
bida a que nuestro pensamiento rebalsa los esquemas estables de las
cosas. Podría definirse al hombre actual, habitante de la ciudad,
como un ser que siempre está en otra parte. En el mar el deseo de
cambio no alcanza a nacer puesto que sabemos que cada segundo
el barco se acerca más a un lugar en el mismo instante en que deja
otro y la imaginación no arrastra nuestros nervios con ímpetus des
iguales, porque es incapaz de superar el multiforme génesis nunca
repetido que tiene lugar ante su vista a lo largo del tiempo, domado
por las olas.. ¡Qué imagen tan perfecta de nuestro espíritu, esta
inmensa superficie sin forma y sin límites de la cual surgen hasta
vestirse de aire y de luz, todas las formas posible que la imaginación
puede alcanzar!
BaANDÁN CARAFFA.