PROA N° 6. Edición facsimilar | 13
hasta que me pidió que le contestara que sí y yo no quise contestarle
en seguida sólo mirando el mar y el cielo pensando en tantas cosas
que él no sabía de fulano y zutano y de papá y de Ester y del ca
pitán y de los marineros en el muelle a los brincos y el centinela
frente a la casa del gobernador con la cosa en el salacot pobre hom
bre medio achicharrado y las chicas españolas riéndose con sus man
tones y peinas y los remates de mañana los griegos y los judíos y
los árabes y hombres de todos los rincones de Europa y el mercado
cloqueando y los pobres burritos cayéndose de sueño y los tipos
cualquiera dormidos en la sombra de los portales y las ruedas gran-
dotas de las carretas de bueyes y el castillo de miles de años sí y
esos moros buenos mozos todos de blanco y con turbantes como re
yes haciéndola sentar a uno en su tendencia y Ronda con las ven
tanas de las posadas ojos que atisban y una reja escondida para
que bese los barrotes su novio y los bodegones a medio abrir toda la
noche y las castañuelas y aquella noche en Algeciras cuando per
dimos el vapor las castañuelas y el sereno pasando quietamen
te con su farol y Oh ese torrente atroz y de golpe Oh y el mar
carmesí a veces como fuego y los ocasos brillantes y las higueras en
la Alameda sí y las callecitas rarísimas y las casas rosadas y ama
rillas y azules, y los rosales y jazmines y geranios y tunas y Gi
braltar de jovencita cuando yo era una Flor de la Montaña sí cuan
do me até la rosa en el pelo como las chicas andaluzas o me pondré
una colorada sí y como me besó junto al paredón morisco y pensé lo
mismo me da él que otro cualquiera y entonces le pedí con los ojos
que me pidiera otra vez y entonces me pidió si quería sí para decirle
sí mi flor serrana y primero lo abrazé sí y encima mío lo agaché
para que sintiera mis pechos toda fragancia sí y su corazón como
enloquecido y sí yo dije sí quiero Sí.
Jaime Joyce
versión de J. L. B.