PROA N° 6. Edición facsimilar | 43
Pero él cada vez mas inquieto saca y saca su gran
reloj de oro.
—¿ Porqué no habrá lomado un taxi ?—
Piensa el guarda.
Su apuro sintoniza una pequeña angustia entre los pa-
sageros; su reloj ya no cesa de pasar entre sus dedos.
En el tranvía de las 10 vuelan murciélagos de vidrio.
Los pasajeros están tan atentos, que los trajes les
ajustan.
De pronto el Sr. elegante guarda su reloj, se abrocha
el sobretodo y saliendo exclama con aire de triunfo:
¡ Por fin llegamos !
Los pasajeros con ojos decepcionados, se vuelven a
entregar a sus arrugas y el Sr. elegante baja tan apresura
do, que cae justo bajo las ruedas de un taxi.
i Que buen reloj usa este hombre!
i Que puntual para la cita !
LA CIENCIA
Tenía veinte años y resolvió suicidarse.
Pero....
¿ Y el mas allá ?
Una noche lo encontraron muerto en su gabinete.
Las retortas y los compases estaban humedecidos por