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PROA N° 3. Edición facsimilar | 63
veces se tuerce en amabilidades de vendedor de bombones: «Querido
Azorín...» Aunque, ¿ quién resiste a acaramelarse hablando con Azorín ?
A lo mejor. Reyes es más humorista de lo que parece... Pretende son
reír con sonrisa inteligente. Y se acostumbró a una cordialidad que ya
es en él fisiológica. Uno preferiría más acritud en ciertos ataques ; utio
preferiría que la crueldad de la herida a Mariano de Cavia no estuviese
acompañada de sonrisas y declaraciones afectuosas. No está bien herir
con gracia, porque es añadir un comentario irónico al golpe material.
«El hombre vulgar. Pi y Margal! protesta, solitario, cuando la guerra
de la Colonia, y Cavia sale a la calle con su banderita de zarzuela». Y
al final: «11 périra, je crois, tout entier».
Para Reyes es interesante la vida y son interesantes los libros y los
hombres y las acciones y las ideas. Consigue que sus impresiones de la
vida de relación no se contaminen excesivamente de ideas librescas. De
ahi esa frescura de agua de manantial, en sus libros. (Me imagino una
muchacha fresca, limpia, descalza, que en un suntuoso y sensual cuarto
de soltero rico, no pierde su ingenuidad campesina).
Le perdonamos a Reyes algunos entusiasmos baratos. (¡Decidida
mente, este Azorín nos revienta, y este Gómez de la Serna no acaba
de hacérsenos simpático !... ) Insinúa un reposo crítico inminente ; acaso
mañana mismo advierta, él, amante de los clásicos, que en lo clásico
está lo eterno, y que las pimeterías ultraístas son grotescas...
«Yo no creo, necesariamente, que sean malos todos los cuadros
de asunto, al contrario: en materia de pintura estoy por volver un poco
a los asuntos. (Y acaso, acaso, amigos, en materia de poesia»).
Señor Reyes: porque yo dije un dia que Ramón Gómez de la Ser
na era un «mediocre brillante», de dijeron eso de «allá ése con su sen
sibilidad». Además, continúo creyendo que es un tanto vulgar este autor
de cintas baratas. Usted, que cultiva una aristocracia sentimental e in
telectual, ¿cómo pudo entusiasmarse con Ramón Gómez de la Sema?
«El humorismo jiarticipa de la cachaza y del gusto por el conforte, pro
pios de los años obesos. El humorismo es sanguíneo, duerme la siesta,