HISTORIA DE UN ALMA BAT
«—En seguida, ie respondió. su prima, disponiéndose :
á llamarla. do | ] ¡
—No, no la llames, —advirtió el diplomático. |
—¿Por qué? A CUL de O Pi |
—Porque preferiría hablar con y ella. 4 solas, sin que mi.
tú ni nadie estuviese presente. ED A pS
: —Pues anúnciale tu visita y se apresurará á recibirte. do
Tú eres para ella como un padre. |
—Eso es lo que siento, —replicó don Rafael suspi- |
- rando; ¡que no ia aspirar á ser para ella más que un DO
padre. no le OA | ca
Doña Concha le 1 miró pensando: (
—¿Insistirá éste todavía « en Jo de su matrimonio con |
mi hija». O | E
Sp corazón abrióse nuevamente 4 la esperanza, ¿PORRO
que aquello sí que sería conveniente para todos; mejor,
mucho mejor que el casamiento con e ÓN
2 Creo que. Luz te habrá llamado para renunciar la
pensión, —atrevióse á indicar. — Nosotros. no podemos ds
: Oponernos á su deseo, que respetamos, pero no necesito
decirte en qué. situación moco de od lo sabes tan pa
bien como nosotros Mimo. (
Habían enviado á un cunde para que: anunciase q dl a
la visita de su tío, y: el EA a ¿diciendo 0 la
- señorita esperaba á don Rafael. oo
- —Antes de irme te. enteraré del resultado de 1 mi entre- ES
vista con tu hija, —dijo éste á su prima. a
. Y en cuanto él se dirigió. al cuarto de la joven, pe doña
Concha le faltó tiempo: 'para ir en busca de su hijo, al que
repitió punto. por: punto lo qe acababa de hablar € con el
diplomático. | ] ed ISS AS
ed se alegró, como se había. “alegrado. su madre, y
e