Full text: Las catacumbas de París o La venganza de un reo condenado a muerte

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DE PARIS. y 
— Ya estoy atento. 
— Uno... dos... tres. 
Un súbito fulgor iluminó las galerías ; Jos pilares y. las sombrías 
cuevas, y una espantosa esplosion , acompañada del ruido que hicie- 
ron al caer unas cuantas piedras, fué prolongándose po á poco has- 
ta llegar á lo mas profundo del subterráneo. 
Pero todos estos ruidos fueron dominados por un penetrante gri- 
to de Chavigny. | | 
— ¿Qué es eso ?—preguntó alarmado Felipe haciendo esfuerzos 
por apartar la espesa nube de humo que amenazaba abogarle.—¿Qué 
has visto? 
—AMí... allí abajo... —balbuceó Os vlénigares alí, delante. «le 
nosotros.... á diez pasos , he visto.... una figura repugnante. o Un 
hombre medio Segimisia y con ojos de demonio, que estaba apoyado 
en un pilar. 
— ¿Tú tambien te has vuelto visionario? Pero. ahora recuerdo 
que tienes la cabeza muy caliente y tu: imaginacion está un poco en- 
ferma. Vamos, haz todo lo posible por serenarie , y dime si has visto 
la encrucijada que está al lado de la escalera. 
— No lo sé, no puedo decirte nada... . esa bomible figura... 
—Pues yo he encontrado las tres piedras que coloqué á. la. en- 
trada, | 
Esta noticia pareció aliviar un poco el enorme. peso que oprimia 
el corazon del jóven Chavigny. : ] 
— ¿Estás seguro? —preguntó con voz balbuciente.—¿Nos que» 
daremos con la esperanza de regresar á mi casa? 
— ¿Con la esperanza? No por cierto, pues mientras estemos con 
vida no me faltará. Sin embargo , para alcanzar nuestro deseo, debe- 
mos concluir cuanto antes las pesquisas. empezadas, y. en lugar de 
perder un tiempo precioso al tantear inútilmente cuantos objetos en- 
 
	        
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