Full text: Las catacumbas de París o La venganza de un reo condenado a muerte

  
  
DE PARIS. | : 465 
básteos saber que un concurso, de circunstancias fatales fué la causa 
del desliz de vuestra madre Lucila. Apenas contaba diez y seis años, 
era dulce, tímida y sensible, y jamás buscó en el brillante fausto y 
oropel el olvido de su falta. Así es que el rey no la confundió nunca: 
con esas orgullosas favoritas que tantos escándalos han dado en la 
córte de Francia. Durante la ancianidad de Luis, cuándo su corazon 
- estaba enteramente yerto, cuando se hubo hastiado de todos los pla- 
ceres mundanos, y cuando, en fin, habia olvidado hasta el nombre e 
de sus mas bellas queridas, pensaba aun lleno de complacencia en 
la hermosa é inocente criatura, que habia cautivado su corazon en 
su juventud. Lucila iba á ser madre, y fué preciso ocultar su des- 
y ñ + sx 
honor á toda costa, aunque no fuese mas que en atencion á su ilus- 
tre familia. Al efecto, se buscó el medio tan gastado de darle por es- 
poso un hombre complaciente, que consintió en cubrir con su ape- 
llido la falta cometida por Lucila. Propúsose, pues, este: partido á 
Mr. de Lussan, jugador acérrimo, cuyas enormes deudas escedian 
con mucho de la fortuna que le legaron sus padres. Sin embargo, 
pertenecia á la antigua nobleza de Francia, era caballero de la:Or- 
den de San Luis, y tenia unos modales finos y elegantes. Todas-es- 
tas cualidades encubrieron los muchos defectos que mas tarde fueron 
muy fatales tanto á Lucila como á'su hijo. Cuando todo: estuvo pre- 
parado, se le presentó á vuestra madre, que cualuna víctima: re- 
signada le recibió por esposo, vertiendo un raudal de lágrimas. 
Despues del enlace, la condujo Mr. de Lussan á Normandía donde 
nacísteis vos. A] principio os queria mucho el caballero; pero repen- 
tinamente, y sin saber por qué, trasladóse desde el tranquilo casti- 
llo de aquella provincia á la turbulenta ciudad de París, donde se 
entregó con frenesí á todo linage de 'escesos. No obstante, á pesar 
de los vicios que le dominaban, iba todos los años al castillo de Nor- 
mandía, donde acostumbraba á pasar un mes. Quizás entonces ha- 
! a 
  
  
a a . O Gi . EN 
€  _ _ o 
  
  
  
  
  
  
 
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.