Full text: Las catacumbas de París o La venganza de un reo condenado a muerte

  
DE PARIS. -599 
ignorais absolutamente mi nombre, y en cuanto á mis condiciones y 
circunstancias , que os son igualmente desconocidas. Ningun porme- 
nor relativo á mi persona, á mis costumbres, á mi modo de vivir 
debe llegar á su noticia, ¿lo entendeis ? 
—-Sí, señora. 
—Por último, sl manifestase deseos de trasladarse á su casa, ha- 
reis venir un coche de alquiler y vos misma os encargareis de Con- 
ducirla, pero haciendo de modo que no vea la fachada de mi palacio 
para que no pueda tomar señas de él, ni tampoco formar juicio de 
las calles por donde tengais que pasar. Sin esta precaucion serian 
inútiles todas las otras ; y debo advertiros, Margarita, que estoy su- 
mamente interesada en que no me conozca á fondo esa jóven. 
— Descuidad, señorita; por mi parte... | ; 
— ¡Bien! ¿Conque habeis comprendido ya cuáles son mis deseos ? 
— Perfectamente ; pero, por favor. decidme, ¿qué novedad 
ocurre ? 
— Ninguna que deba alarmaros. 
—Sin embargo... 7 
-—Nada... nada... empaquetad. esos efectos y colocad el envol- 
torio dentro de mi carretela. 
—Voy á obedecer vuestras órdenes, señorita; pero, ¿sereis tan 
severa conmigo que no me digais antes?.. 
—-Es imposible que hablemos mas , Margarita; me precisa par: 
tir dentro de cinco. minutos, y si no andais lista me veré precisa- 
da á a en casa los vestidos de reserva que- pienso llevar en mi 
viaje. | 
Y al mismo tiempo que decia esto, Silvia empujaba débilmente 
á la vieja hácia la puerta del salon. | 
El polizonte y el abate seguian imperturbables, esperando sin 
4 
duda el éxito de esta escena. 
4 A A A A A A E A A 2 Pe RAN 
A A A O a Ti RI 
ES 
ARS IR 
  
A 
 
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.