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no puedo dausponer en este momento de. mas metálico que de un luis
de oro encontrado en el cajon de una vieja: papelera, el cual estoy
dispuesto:á partir fraternalmente contigo.
—Guardadle todo entero para vos ,—dijo Felipe interrumpién-
dole;—no es á ventilar cuestiones de fortuna á lo que yo he venido
hoy á vuestra casa. reo: que teneis ya algunos motivos para creer
que dichas cuestiones me son de todo punto indiferentes. :
— Con efecto ,—repuso el anciano ,—no. he visto hombre mas
desinteresado que tú, ni mas liberal y -generóso que:.
Al llegar aquí dejó sn la frase y se .. ¿che amente los
lábios.
19-84 Que mi padre, ¿bais,á decir ?— continuó Felipe.
—Ciertamente, esa era mi intencion ' TPOpoBO el caballero eva-
diendo la respuesta. que hubiera deseado .oir Felipe. de Lussan, y
añadiendo: Creo que soy bastante generoso, y á: no haberme sido
la fortuña tan adversa enel juego , tendria una gran satisfaccion en -
ofrecerte ahora mismo una buena cantidad de luises de. oro. Pero,
hijo mio, hay ocasiones, como la presente, en que no puede uno de-
mostrar su generosidad hasta el estremo que quisiera. Esas malditas
cartas, CUyas ocultas figuras parecia entrever entre todas las demás
el afortunado Sanson, mientras para mí denotaban haberse emborro-
nado todas, me han hecho perder sobre doscientos luises de Oro.
Al emplear: esta táctica. el astuto viejo, se proponia por objeto
principal evadir la cuestion: de cualquier modo , y no caer en la red
delicada que le iba tendiendo el respetuoso Felipe, quien por su par-
te carecia del valor y la astucia necesaria, para hacerlo con un éxito
seguro. 9 ) l
— Caballero, —dijo por fin despues de un momento de. silen-
cio ,— prefiero manifestaros francamente el objeto de mi visita, á
andarme con preámbulos y rodeos , que solo pueden producir una
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