530 LA CIEGA DEL MANZANARES.
secreto, preciso es que retrocedamos á veinte años
antes del principio de nuestra obra.
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En Monforte de Lemus, antigua población de
Galicia, había nacido de padres nobles Carolina.
Don Pedro del Pazo, segundo de la casa de los
condes de ese título, había contraído matrimonio
con doña Ana de la Puga, hermosa y virtuosa da-
ma en quien llegaron á adorar todos los habitantes
de Monforte.
De esta unión había nacido una niña un año des-
pués de celebrado el matrimonio. Púsosela por nom-
bre el de su madre, y fué, inútil es decirlo, el en-
canto y la alegría de los esposos, más aún cuando
transcurrieron ocho años y doña Ana no tuvo más
prole. E
En aquella niña cifraban los padres su alegría;
pero á veces el temor de perderla embargaba sus
almas. : :
«Uno no es ninguno,» dice el refrán, y esa ver-
dad axiomática, como son las de todos los adagios,
hacía temblar á los amantes padres.
Cuando no soñaban siquiera los señores del
Pazo en aumentar su familia, doña Ana sorpren-
dió un día agradablemente á su esposo con la nue-
va de que creía iba á ser otra vez madre.
Imposible describir el gozo de aquella familia el
día en que nació Carolina. ;
Ya la dicha era para ella completa; y si con lo-
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