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LA CIEGA DEL MANZANARES. 607
—El coche espera; date prisa, mujer.
—Ya estoy, —respondió la joven altamente preo-
cupada, |
Y cogiendo una manteleta de viaje, salió segui-
da de su esposo, pensando:
—No creí que se presentasen. tan grandes obs-
táculos.