CAPITULO XV"
Un domingo de Carnaval.
le dapada del Carnaval ha dd nds sien-
pre con alegría, y en. la época: apa nos Laguna más
- que hoy.
¿Entonces el Carnaval era un acontecimiento, una
fiesta que algunos esperaban con verdadera impa-
ciencia para divertirse á costa de otros.
Desde el menestral, hasta el aristócrata más lina-
judo, pueden dirigirse bromas sin que tenga nadie
derecho á incomodarse.
Verdad que hoy vivimos en perpetuo Car naval,
según dicen los amigos de las costumbres antiguas,
mas en realidad el Carnaval empezó en el mundo
en el mismo día en que el hombre fué cr cado.
Una careta puede quitar la verglienza á á los que
la tengan; pero otros se la ponen, no para ser más.
desvergonzados, sino por seguir l: la costumbre Ae ta-
_parse: la, cara para. dar una broma.
TOMO L. E OS