Full text: Tomo 1 (001)

    
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
     
892 - LA CIEGA DEL MANZANARES. 
ponía á veros en este momento para dirigiros un 
ruego, una súplica. 
—En ese caso, me siento y tomo parte en vues- 
tra conversación. : 
-——Señorita—comenzó entonces diciendo Loren- 
zo, —desde que hace dos años vió usted por casua- 
lidad á su primo, le ama; usted me lo ha confesa- 
do, y, aunque no lo hubiera «hecho, aún cuando 
este¿hombre, que tan grande como respetuoso Ca- 
riño la profesa, no hubiera merecido de usted esa 
confianza, ¿podía yo. dejar de! advertirlo? - ¿Podía 
pasar oculta para mí esa pasión al observar su in- 
terés por mi amo, y últimamente al ver su disgus- 
to, su pena desde que el conde ha perdido la razón 
y está... matándome á disgustos? Ya sé yo que al 
deciros lo que voy á decir, destrozo tal vez vuestro 
corazón; pero el peligro es de una naturaleza tal, 
que hay que prescindir de a para acudir á evi- 
'tarles:.: pros 
—Hable usted, Lorenzo—interrumpió Clotilde, 
cada vez más pálida. —¿Qué pasa? Nada me oculte 
“usted: sabe que me sobra el valor. 
-—Ogcurre, señorita, que esa mujer, á quien Sa- 
tanás confunda, se ha apoderado por completo del 
conde, y que, no contenta con ir consumiéndole 
poco á poco su fortuna, hasta el punto de empe- 
ñársela, quiere ahora que venda todos sus bienes y 
emplee el capital en un negocio, que será una far- 
sa, cuyas consecuencias han de resultar terribles 
para mi amo. 
 
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.