Full text: Tomo 2 (002)

   
LA CIEGA DEL MANZANARES. 1003 
  
Esto, para él, era bastante misterioso. 
Entonces no tenía nada de particular que á la 
- Ciega fuese á quien aquélla apellidaba hermana. 
- —Siga usted, —dijo á su tío, procurando sere- 
Narse. 
  
El ministro contestó con aire preocupado: 
ae? delirio, que sólo yo presenció por pre- 
Caución... 
—¿Por precaución? 
SÍ, porque tuvo pasajes que yo sólo debí 
OLE. e. 
Pero to... 
-  —Pasajes que me hicieron concebir más de una 
Sospecha sobre 1% pureza de la condesa antes de 
| Ser mi esposa. | 
El joven se enjugó la frente, bañada de sudor, 
temiendo que el conde hubiera oído algo más de 
lo que confesaba. 
- —¡Dice usted unas cosas bastante... bastante 
Originales! —repuso. | 
e —Te digo que aquel delirio me impresionó pe- 
Ñ Rosa y profundamente. 
: —¿Quién hace caso de lo que dicta la calentura? 
A "Cualquiera. .. €l más despreocupado... lo mis- 
pro que de lo que dicta una mano anónima. | 
- ——Yo creo que un delirio es el sueño de la 'en- 
'tormodad, y en un pit todo es confuso y fin- 
e _8ido.. | 
ho: —Según. dd 
8 —Estamos dilucidando un punto de que no de- 
  
  
    
   
      
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.