Full text: Tomo 2 (002)

LA CIEGA DEL MANZANARES. 1079 
y ocasión de enterarme de lo que en ellos sucede, 
y nada más natural también que haya podido com- 
prender qué vida conviene hacer al penado para 
no captarse antipatías ni crearse una situación in- 
sostenible. Esto es lo que me propongo decirle en 
su obsequio. 
-—Y yo se lo agradeceré á usted en el alma por 
sus buenos deseos—repuso Casimiro;-—por más, 
señor alcaide, que me conceptuaría dichoso si un 
- desalmado de los que forman aquellas familias hi- 
ciera la obra de caridad de arrancarme esta vida | 
que tanto me pesa. | 
—Eso no debe usted ni aun decirlo: es usted jo- 
ven; tiene protectores que pueden lograr su indul- 
to; y, aunque así no fuera, cuando cumpla usted 
su condena, aún le quedarán largos años de vida. 
—S$í, de una vida miserable y deshonrosa; de 
una vida de vergiienzas y de sufrimientos, pues 
donde quiera que vaya, conmigo irá el estigma 
del presidiario. y ] 
-—-Vamos, Casimiro; no se empeñe usted en au: 
mentar su desgracia con esos pesimismos. 
—Es la realidad, señor alcaide; cuando un hom- 
bre sale de cumplir condena, ¿con qué derecho, 
con qué cara va á presentarse ante la sociedad? 
—¡Qué tontería! ¡Cuántos hombres, después de 
salir de un presidio de purgar sus delitos, se han 
encumbrado! Pero dejemos estas consideraciones, 
que á nada conducen, y Vamos 4 lo que por el. 
pronto interesa: esto es, á los consejos y adverten- 
 
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.