CAPITUDO "Suv
Sombra y sueño.
Los contentos de esta vida no son más que «som-
bra y sueño,» como dijo Cervantes, y la cosa más
leve basta para que nuestra alegría se trueque en
dolor.
Corremos ansiosos tras la ventura sin importar-
nos nada, ni tenerlos en cuenta, los muchos sacrl-
ficios que hay que hacer para conseguirla.
Llega el instante en que comienza nuestra feli-
cidad, y entonces, y como si ésta fuese de cristal,
la más mínima cosa, el más leve contratiempo
basta para empañarla. |
En el gabinete de la condesa de Magaz hallá-
banse reunidas ésta, Adela é Isabel. >
La prometida de Luis, sentada cerca del balcón
para aprovechar la luz del sol que declinaba, tie-
ne apoyado en sus rodillas un bastidor.
Sin cesar, la aguja traspasa! la ina batista, y :