1132 LA CIEGA DEL MANZANARES.
de Alcalá al frente de su Estado Mayor; á la dere-
- Cha del Regente, y algo separado, iba Luis.
Los cornetines de órdenes dejaron oir su agudo
sonido, las tropas presentaron las armas, y las mú-
sicas batieron Marcha Real, acompañadas por la
llamada de honor de los clarines.
ns
Al pasar por delante del carruaje de Isabel, Luis
la dió las gracias con una expresiva mirada, por
- despedirle hasta el último instante.
.Se Oyeron voces de mando, pasando las tropas
-¿ Otra formación, y comenzó el desfile,
Los regimientos pasaban silenciosos por delante
del Duque. e
Se veía que ni el soldado ni el oficial marcha-
ban con entusiasmo.
Isabel, puesta de pie en el carr uaje, seguía mi-
¡¡rando á Luis, 000 !
Por fin el Duque y su escolta se pusieron en
marcha, y Rivera lanzó la última mirada de des-
ca pedida.
La joven se dejó caer con desaliento emel mu-
y Jlido asiento del coche, apoyando su cabeza en el
0 alo eS su hermana.