Full text: Tomo 2 (002)

     
  
   
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
   
   
  
  
  
  
  
    
    
     
      
  
LA CIEGA DEL MANZANARES. 1185 
i der al Duque que era inútil intentase disuadir pa su 
¿3 ayudante de que le ACOMPAÑArA. 
  
Solo en la estrechez de su camarote, y sin testi- 
gos de vista, podía dar rienda suelta á su dolor. 
Al hombre le es permitido llorar, pero es cuando 
no le ve nadie, pues de lo contrario se le acusa de 
cobarde. ¡Como si un alma bien templada estuviese 
exenta de dolores! | | 
Rivera lloró mucho, y después de secar su llanto 
se puso á escribir á su amada. 
—;¡Sabe Dios cuándo volveré á verla!—se dijo, 
y tomando la pluma la escribió extensamente. 
Después de esta carta, regada con sus IAGULIMas. 
escribió otra para sus tíos. 
En ella les recomendaba mucho á Isabel, di- 
ciéndoles que si iba tranquilo, era porque su pro- 
metida quedaba bajo su amparo. | 
  
O 
  
  
  
Imitando á Napoleón I, el Duque de la Victoria 
publicó un Manifiesto al país, den] á Jordo qa: oi 
Malabar. ) e ¡ 
E En él decía que la clvición ea dado 8 victo- AS 
4 e ria á los reaccionarios, y que se alejaba de España. E 
I por no sumir á su patria en una nueva guerra ei- ad 
vil, y aconsejaba á SUS ale que. depusiesen 
sus ATMAS. Ad a 
Por fin el Malabar lovó anclas. ni 
Las lonas pendier on 1 des su alta arboladura, 4 im 
TOMO HL. y 5 20 ei 5 la ; : 149 
  
  
 
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.