Pa. sz
condesa, necesitando sus servicios, le llamase.
for conde y á su familia; pero no tanto que sin
cuándo le dejarían que volviese á tomar el sol.
da, dió orden al conductor para que fuese á espe- de de
rarla á Pozuelo; y á los demás criados les encargó
que si preguntaban por el Conue, dee mal Cds tá
hijas:
rruaje por la Castellana.
Pa CANCION i
LA CIEGA DEL MANZANARES. 1215
Mauricio, después de saludar con una profun-
da reverencia, salió de la estancia
Ya en la calle, apretó el paso, temiendo que la
Cuando estuvo lejos de la casa respiró con li-
bertad. j |
—¡Diablo!—se dona: -—Yo quiero mucho al se-
ton ni son me exponga á que me echen el guante.
_Lo de menos sería que me pusieran á la sombra;
lo demás es que uno se pudre en ella, y sabe Dios
La condesa no dijo á sus hijas ni una palabra de
lo que acabamos de referir.
Una vez que la silla de posta estuvo eng ancha-
taba cazando. :
Al llegar la hora en la que en días dec felice
tenían la Poscunbro: de salir á usciz ao: á su
—Vamos á vestin nos para. dar una 1 vuelta en 1 Cas ca
—¡Pero mamá, no vamos á sal lie de Ma
objetó Adela... o o
—SÍ, hija e. sino que e hay que obrar (