Full text: Tomo 2 (002)

  
   
   
   
     
  
  
    
   
   
  
  
  
1224 LA CIEGA DEL MANZANARES. 
Los cambios políticos eran entonces todavía una 
verdad, y al adversario se le negaba el agua y el 
| fuego. 
Entonces no habían aprendido aún los prohom- 
bres de los partidos esas socorridas frases con que 
comienzan ahora sus discursos, los que se jactan 
de profesar las ideas más encontradas. 
Eso de decir: «Mi irreconciliable adversario po- 
lítico y distinguido y cariñoso amigo particula 
don Fulano,» no se hubiera atrevido nadie á lan- 
Zarlo en un Parlamento ni en un periódico. | 
El público lo hubiera acogido con murmullos de 
desaprobación, y los partidos hubieran excomnl- 
gado al prohombre que de esa manera procediera. 
- En aquella época existiría menos educación po- 
.. lítica, pero había más vergiienza, menos frescura 
para ostentar el pintoresco y abigarrado traje de 
-arlequín. ; | 
Se tomaba la política en serio. 
Cuando caía una situación, los hombres que la 
- Tepresentaban resignábanse con su suerte, pero no 
de dl cometían la bajeza de pedir gracia á sus adver- 
E pe ; «La Unión Liberal,» aquella especie dé 
«Cajón de sastre, formado 
- con los remiendos caídos 
del manto de los partidos 
0 progresista y moderado;> 
Aquella agrupación de vividores políticos sem- 
-  bró de tal manera la semilla de los resellamientos, 
  
  
   
  
   
   
  
  
  
  
   
  
  
-_ 
  
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.