Full text: Tomo 2 (002)

  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
LA CIEGA DEL MANZANARES. 193 
—Porque hemos tenido la desgracia de conquis- 
tar un corazón. Vuelve la cara, y verás cómo nos 
sigue un pretendiente. 
Ángela, siguiendo la indicación de Elena, volvió 
al rostro y vió al hombre que iba det trás de ellas 
á alguna distancia. » 
—i¡Dios mío! —exc :lamó, y como si hubiera sufri- 
do una conmoción eléctrica, un vivo temblor se 
apoderó de su cuerpo. 
—¿Qué te pasa? 
—¡Estamos perdidos! —exelamó con desfallecido 
acento. : | 
¿Qué dices? 
—¡Ay, Elena! La desgracia comienza á perse- 
guirnos. ho: 
—Pero, ¿tú conoces á ese hombre? 
—51; hace mucho tiempo que me persigue. Pero 
á la muerte de mi desgraciado protector, cuando 
marché á á tu lado á vivir, le perdí de vista. 
—¿Quién es ese hombre, Ángela? | 
—Ya te lo diré luego; calla ahora, que no se en- 
tere de nada el padre de Lorenzo. pe 
AL a enos dps qué peligros son es0S que 
Esas. | HL 
No lo sé, Elena; pero mi corazón me A 
Sre andes males. Ese hombre siempre me ha causa. 
Ao horror. Es necesario que no sepa dónde vivimos. e 
—Intentaremos despistarle. Dos 
En vano recorrieron calles y más calles las dos 3 
ú amigas, seg vidas del señor de Bueno. 
TOMO pes 
PS. 
Or 
4 
  
 
	        
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