Full text: Tomo 2 (002)

   
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
   
   
  
  
  
  
196 LA CIEGA DEL MANZANARES. 
  
Poco tiempo después Enrique me declaró su amor 
en Casa. de unos amigos de mi padre, donde se hizo 
presentar. | 
Pretextando que Landaburu se opondría á nues- 
tras relaciones, y que éstas serían imposibles si no | 
me obedecía, le prohibí terminantemente que fuese E 
  
por la calle donde yo habitaba. De esta manera 
ponía á mi amado Enrique al abrigo de las iras 
de mi perseguidor. 
Durante algún tiempo pensé que éste había de- 
sistido de su empeño, y que había abandonado su 
propósito. | 
Pasó cerca de un mes sin que le hubiese visto: 
pero transcurrido este tiempo, recibí otra carta 
- suya, en la cual me decía que meditara sobre su 
petición; que se avecinaban importantes aconteci- 
mientos que habían de prestarle gran fuerza é in- 
fuencia, y que si me empeñaba en despreciarle, no 
pasaría mucho tiempo sin arrepentirme. 
Ese miserable, comprendiendo que por amor no 
había de rendir mi corazón, le sitiaba por miedo. 
Llegué á cobrarle una aversión terrible. Era mi | 
- constante pesadilla, y más de una vez estuve pró- 3 
xima á confesar á mi protector lo que sucedía; pero 
espantada ante la idea de lo que pudiera ocurrir, | 
fuí siempre fuerte para callar. | ? | o 
Vinieron los acontecimientos del 30 de Junio, 7 
perdí á mi desgraciado padre, yla Providencia me 
envió á vosotros: ARTE qe DN 
- Desde entonces no he vuelto á ver 4-ese mise- 
  
  
  
  
 
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.