264 LA CIEGA DEL MANZANARES.
dónde has sacado esas noticias? Sin duda son exa-
geraciones...
—No, mi teniente; he leído un número de cierto
periódico, titulado el Restaurador, que se publica
en la Corte por unos frailes, 4 quienes el diablo con-
funda, y que predica nuestro exterminio.
—Pero vamos á ver, hombre, ¿á dónde ir sino
allí, donde está mi familia?
-—¿Que á dónde ir?
—Sí, á dónde.
-—Pues es muy fácil; á Toledo.
—i¡Á Toledo! ¿Y qué quieres que haga yo en To-
ledo?
—+Esperar con resignación á que cambien estos
tiempos.
—No te hagas ilusiones, Juan. Los tiempos no
cambian fácilmente; la Constitución ha muerto, y
no resucitará sino cuando hayan e muchos
meses, años tal vez.
- —No digo yo que esperemos á que la libertad
triunfe, pero sí á que los ánimos se calmen un
tanto. | S
—Imposible: tengo por fuerza que ir á Madrid.
Hace tres meses vivo en la más cruel ansiedad.
Tengo en la Corte á mi padre; allí ha quedado tam- »
bién la mujer que he de llevar al altar y á la cual
amo con pasión; también dejo allí una desgraciada
i huérfana, á quien juré guardar y querer como á
ho iS una hija, y ya ves si es forzoso mi regreso á la
a Corte. Esta ansiedad é incertilambre en que vivo