34 OLA CIEGA DEL MANZANARES.
OO ser así, pero hasta entonces aquello cra
- sólo una de esas uniones que hace un ambicioso
cálculo, en las cuales no entra para nada el ver-
-dadero amor. |
Y esto era precisamente lo que retraía á Caroli-
“na, casada por aquel sistema, que no suele hacer
| matrimonios muy felices.
- Bueno es que un padre, un tío ó un tutor vigile
| aquella persona á quien le unen los lazos del paren-
_tesco ó que le está encomendada, procurando que
no haga un disparate que ASApaeS de hecho yA no
? sandra remedio, )
- Pero al mismo tiempo no debe causar su des-
digbs á sabiendas.
Porque enel matrimonio, no todo lo que es bueno
conviene, y á veces, con los mejores elementos de
dicha se labra la desgracia eterna de dos seres que,
E empezando por no profesarse cariño, pueden con-
cluir por odiarse. | | ES
Carolina era de opinión que en estas cuestiones
) hay que andar con piés de plomo. |
Nadie mejor que ella podía opinar asf.
Es un tormento incalculable vivir un año y diez.
a veinte al lado de una persona con quien no se
] simpatiza, por más que no sea un monstruo de
| maldad.
-Acordándose- de sustn hija - quien 1 lloraba per- pe
4 , aida, exclamaba: Ea
$ —¡Oh!. .. si viviera, si estuviese á á mi lado, bajo
0d dependencia, nunca la ca 'saría contra. su volun-