LA CIEGA DEL MANZANARES. 37
hecho presente cuánto me contraría ese ca
de mi tío.
—¿Pero por qué? |
-—Porque mi corazón está muy lejos de amar A
la marquesita. dd
—A lo menos lo crees así.
—Es que lo está efectivamente. | q
La condesa reflexionó un momento; después dijo:
—Para que eso suceda, debe haber una de dos
razones, porque esa tauchacia no es un monstruo -
de ivaldad pS ) | Pe
—¡Oh! no... no trato de lara . pero coles
braría conocer las razones que usted encuentra. |
E Y) que quieres conservar tu independencia de
soltero para prolongar tus devaneos y tu vida ale-
ere, ó que tu corazón cede á un cariño gu crees
verdadero hacia otra mujer.
Luis contestó sin vacilar:
—Celebro que haya usted acertado, tía.
—¿Cuál de ambas razones debo admitir? 7%
—¡Oh! la segunda... sí, la segunda; la otra se ría
sólo un capricho.
:—¿Luego estás enamorado?
—Lo estoy.
—¿Verdaderamente?
| —Verdaderamente.
por eto;
xd sabe usted. que yo, ni le he eng: ñadl aa
ca ni he fingido en su ono disfrazando sens.
Luis... ¿se trata de una Ss. Lo sontiría NE