346 LA CIEGA DEL MANZANARES.
Estos reaccionarios no respetan ni la augusta
persona de su majestad.
¿Quién le ha dado á usted estas noticias?
—El zapatero de enfrente, que es miliciano, y le
encontré en la calle de uniforme y con el fusil en
la mano.
—¿Lo ha dicho el zapatero?
Entonces es verdad; —exclamó Mauricio con ade-
mán trágico, añadiendo:
Cuando su majestad está en peligro, el deber de
todo buen español es acudir en su ayuda. ]
Nuestra vida es de nuestros reyes.
Sintiéndose poseído de ardor bélico, gritó desa-
foradamente:
—¡Compañeros, á Palacio!
¡Viva la reina!
—Vaya usted si quiere; —contestó uno de los
criados.
Yo no soy militar ni miliciano. No soy más que |
mozo de cuadra, y bastante tengo que hacer con
cuidar los caballos y no meterme « en lo que no me
importa. )
Mauricio, que no esperaba semejante contesta-
ción, echando fuego por los ojos miró al mozo de
cuadra, y repuso:
—;¡Cobardes!
Ya que no quieren acompañarme, iré solo,—y
-volviéndoles la espalda salió de la estancia.
Poco después apareció, empuñando una escopeta
de chispas llena de moho. ? :