LA CIEGA DEL MANZANARES. 557
Con mucho sigilo las compañías en traje de
marcha salieron de los dormitorios, y formaron en
el patio en columnas cerradas.
Una vez reunido todo el regimiento, su coronel,
don Dámaso Fulgosio, montó á caballo, y ponién-
dose á su frente, le arengó, diciendo:
—«(Que era necesario devolver á la reina Cristi-
na la Regencia que se le había usurpado, y á la rei-
na Isabel los cuidados de su madre.»
Los soldados, llenos de entusiasmo, gritaron:
—¡Viva la reina Cristina! |
Después de esto el coronel mandó que los solda-
dos formaran de á cuatro, disponiéndose á salir del
cuartel. y |
Mas en aquel momento un capitán se acercó á-
Fulgosio y conversó en voz baja con él.
- Inmediatamente mandó que dos compañías de
cazadores penetraran en el inmediato cuartel de
caballería y se apoderasen de los caballos de los
húsares de la Princesa, 6 impidieran que los solda-
dos les sacaran de las cuadras.
Hecho esto, el regimiento se puso en marcha, di-
rigiéndose á Palacio. | |
Cualquiera que los hubiese visto desfilar, no es-
tando en antecedentes, hubiera creído que el re-
gimiento iba á una parada. |
Tal era el orden y marcialidad con que camina.-
ban aquellos soldados. a |
Al llegar frente á la puerta del Príncipe, hizo
alto aquella fuerza. 0%