CAPITULO LIII
Un encuentro casual,
Al terminarse los sucesos políticos que ya cono-
cen nuestros lectores, y que dieron por resultado
los fusilamientos referidos y la emisración de gran
número de generales, supo Georgina que Rivera
había regresado de París, y que había ascendido
á comandante. pd E
Tampoco se olvidó de su odio hacia Isabel, y
varias veces mandó á su doncella á preguntar por
- la joven á la casa de la calle de la Madera.
El resultado siempre fué el mismo; el señor An-
tonio, que era poco amigo de facilitar noticias á
nadie, la despedía con cajas destempladas, dicién-
dola: | |
—Aquí no vive la joven por quien usted pregun-
ta, y no sé dónde haya podido mudarse. o
A la doncella le importaba poco que la recibiez
sen bieh 6 mal, y no la movía otro interés que el. 0