738 LA CIEGA DEL MANZANARES.
jor día va 4 ser causa de que me estrelle! ¿Pero
qué le pasa?
Lo que pasaba, era lo siguiente:
Un gato, de los llamados dominicos, esto es, ,
blanco y negro, atravesaba la calle hacia el por-
“tal de una casa fronteriza.
El dogo, siguiendo la tradición de la raza cani-
na, que hace que todos sus individuos no puedan
pasar junto á un gato sin saludarle con una den-
tellada, se le echó encima, sin cuidarse del cordón
que le sujetaba. | |
La agresión fué tan rápida, y tan corta la distan-
cia que le separaba de su enemigo, que no le dió á
éste tiempo á ganar el portal adonde se dirigía.
La inminencia del peligro le hizo ver más cerca.
una reja pequeña, 4 flor de tierra, que indudable-
mente correspondía á la cueva de una salchiche-
ría inmediata.
Cruzábanla dos hierros delgados, y los cuatro
maban con el cerco estaban cu-
espacios que for
algo deteriorada
biertos con una red de cuerda,
por efecto de la intemperie. ]
Debía ser camino que el gato usara ya en corre-
+ías anteriores; sólo que en vez de utilizar uno de
sus agujeros por donde podía pasar su cuerpo des-
_ahogadamente, metió la cabeza por otro más pe-
queño.
El dogo lanzó un aullido de alegría, como quien
“celebra la torpeza de un enemigo que le da una
victoria, tenida antes por dudosa, y se echó enci-