Full text: Tomo 2 (002)

    
   
  
  
   
   
   
  
   
   
   
  
      
  
  
7150 LA CIEGA DEL MANZANARES, 
se alejó hacia casa de su maestro, cantando á voz 
en cuello el Himno de Riego. 
rs 
Engolfada en su deseo de salvar al dogo, y fijas 
sus miradas en el tragaluz por donde aquél des- 
apareció, doña Grumersinda no pudo darse cuenta 
de lo que pasaba en su derredor. 
Pero como su ansiedad carecía ya de objeto, 
trató de retirarse. | 
Entonces volvió la cabeza, viendo aterrada que 
estaba metida en un compacto arco de círculo for- 
mado por cuerpos humanos, cuya cuerda era la 
tapia de la casa del salchichero. 
Todas las miradas se dirigían hacia élla: las me- 
nos, compasivas; las más, furiosas. 
—¿Pero qué pasa, Dios mío? ¿Qué es esto?—ex- 
clamó. 
La respuesta más tranquilizadora fué esta: 
-——¡Bruja!... ¡A la horca! 
——¿Quién? 
—¡Usted!... 
- —¿Qué dicen estos energúmenos? 
—¡Es inocente!... ¡Ella es la que ha descubierto 
la conspiración! | 
—¡La que ha ahorcado á su nieto! 
—¡Sería el jefe de los conjurados!... Es una bue- 
na patriota. | 
Como es natural, la pobre mujer no entendía ni 
una palabra de aquella bataholas 
  
  
  
  
  
  
 
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.