Full text: Tomo 2 (002)

  
       
    
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
   
     
LA CIEGA DEL MANZANARES. 7151 
  
  
Nada tenía de particular, puesto que no. se en- 
tendían los mismos que acababan de armarla. 
Empezaba á sentirse mal entre aquella gente, 
' pues había rostros muy poco tranquilizadores y 
ademanes demasiado enérgicos, á los que no esta.- 
ba acostumbrada. 
Quiso abandonar aquel sitio. 
¡Ah! Se equivocan de medio á medio los que di- 
i cen que querer es poder. o 
bs : Entre intentarlo y conseguirlo, había una gran 
distancia, 
—¡Señores! —decía con angustiosa VOZ. —¿Su- | 
| pongo que no tendrán ustedes interés en que yo 
y me ahogue por falta de aire? 
En aquel momento supremo sintió una cosa en- 
tre los piés, un golpe rudo que la hizo vacilar. 
Para no caer, extendió la mano derecha, a asién- 
dose á la única tabla de salvación que la depara- 
ba aquel naufragio. | 
Encontróse con un sombrero de teja entre las 
manos. | 
Al mismo tiempo oyó una voz conocida que la. 
decía: | 
— ¡Pero doña Gumérsinda, va usted á arrancar- 
me el poco pelo que me queda! | 
La pobre vieja cayó entre unos brazos abiertos 
oportunamente á su espalda. ' 
Eran los de su confesor, el mofletudo padre Me- 
litón. | 
Pasaba poco antes por el sitio de la ocurrencia. ñ 
  
  
 
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.