LA CIEGA DEL MANZANARES. 89
salir de ella me llevo el cariño de Antonio, sí, por-
que me ama tanto como á tí te odia; y llevaré le-
vantada la frente, porque nada puede decir de mí
la sociedad. ?
—HEs cierto—replicó Emilia;—esa hermana á
quien llamas hipócrita, y á la que has robado el
cariño de su esposo, ha premiado tu infamia li-
brándote de la deshonra. |
Aquel mismo día salió Juana de la casa donde
había llevado la desgracia para siempre.
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—Es infame eso que me cuentas —dijo Loren-
a ZO,—y si no fuese por la situación en que te ha-
llas, si no viese tu emoción, creería que me conta-
bas una novela para que pasáramos distraídos la
tarde. 7
—Es la realidad, Lorenzo; es la historia: de ese
ángel de quien para siempre voy á separarme.
Déjame proseguir mi relato, y no me interrum-
pas, pues ya falta poco.
TOMO Il.