Full text: 2.a série, tomo 7 (1866) (1866,7)

   
vecharme de vuestra irritacion contra Jackson 
para obtener de vos loque os pido. Tomad 
pues todo: el tiempo que creais necesario para 
reflexionar: hoy, mañana , pasado mañana ;' 
solamente pensad en esto, Sarah, que el re- 
conocimiento de la ley y la bondad de nues- 
tra reina pueden devolveros, si no el honor, 
al ménos la libertad. Cuando esteis resuelta 
enviadme á buscar; el carcelero tendrá la 
órden de avisarme, á cualquiera hora del dia 
ó de la noche que esto suceda, 
Y efectivamente, me retiré á fin de dejar 
tiempo á aquella mujer para reflexionar. 
Hay un «proyerbio francés que dice: «La 
noche trae consejo.» Sin duda este proverbio 
fué una: verdad para Sarah, pues al dia si- 
guiente, al rayar el alba', vino desu parte el 
carcelero á casa á buscarme. Al instante pasé 
á la cárcel, 
—;¡ Y bien! pregunté á Sarah al entrar en 
su aposento , parece que estais resuelta ? 
— Caballero, me dijo con vehemencia, ase- 
guradme, afirmadme , juradme por vuestro 
honor, que las revelaciones que deseais, y 
que segun vos pueden salyar á la pobre Clara, 
pueden tambien de rechazo alcanzarme la pie- 
dad de nuestra soberana. 
Yo extendi la mano. A 
—0s3 lo juro, Sarah! le dije; vuestra súpli- 
ca será elevada á los piés de S M, y es- 
pero que en esta ocasion se mostrará tan bue- 
na como poderosa es. : 
—Entonces, si es así, señor Waters, sí, 
- 03 ayudalé, si; os dirigiré. Primeramente, 
respecto á nuestro asunto, Jackson es tan cul- 
pable como:nosotros mismos, pues que él sa- 
biaque deb amos cometer el robo y ha reci -' 
bido de mis:manos la vajilla y las joyas. 
—YEspero, señora, que Rogers-y Clara no 
han tomado parte alguna en este hecho ! 
—Lo ignoran ; señor Waters; pero la mu- 
jer y Juana, la criada de Jackson, sin ser cul- 
pables del crimen, están iniciadas en el se- 
creto.: 
—+Pero ya sabeis, Sarah, que esto no era la 
única: cosa que esperaba de vos. 
—Señor Waters; dijo la: encarcelada con 
febril -volubilidad, en toda: la. noche no' he 
dormido un segundo, pensando solamente en 
el asunto que-0s- interesa y en el medio de 
arrancar la verdad del corazon de ese'picaro” 
viejo.: Creadme; señor: Waters; «ahora, “no 
obro tan solo impulsada por el odio que sien- 
to por: Jackson Ópor «el deseo de aligerar mi 
condena; no; -lo que me arrastig á quereros 
ayudar, es:el deseo:de arrancar á la :inocente 
y hermosa Clara:de manos: del verdugo: Yo: 
tambien me encontré una vez....Pero ahora 
no so trata de eso l..¿Simduda, señor: Waters, 
habeis oido décir por Farnhanv que Jackson 
A 
  
16 - MEMORIAS - 
tiene costumbre de hablar durante su sueño? 
— Sí, y he sabido además por el señor Har- 
ris que Jackson habia consultado al doctor 
Edwards sobre los medios que debia emplea 
_para combatir esta extraña dolencia, ] 
—La dolencia no es tan real como piensa 
Jackson, añadió Sarah, pues las palabras que 
deja escapar durante su sueño son casi siem- 
pre ininteligibles. Una vez sin embargo habló 
distintamente, y por desgracia tenian esta vez 
sus palabras un oyente, Esta circunstancia 
cuyos resultados han sido funestos, ha vuelto 
á Jackson tan prudente que no se duérme 
nunca sino delante de su mujer cuya sordera 
es incurable, 
—Si las palabras que Jackson pronuncia 
durante su sueño son incoherentes, ignorocó- 
mo podré hacer de eso un arma contra él. 
— Paciencia, señor Waters, paciencia ! Es- 
cuchad atentamente. Podas las noches, pasa 
Jackson una hora en una casa de juego de ím- 
fima clase. Allí, sea suerte, sea destreza, gana 
invariablemente una pequeña suma con la cual 
se contenta. Una vez hecha la ganancia y es- 
ta embolsada, se vuelve á su casa y se dirige 
en seguida hácia el piso bajo en donde en- 
cuentra siempre á su mujer. Cuando tiene la 
puerta bien cerrada con cerrojos por la parte 
interior, Jackson bebe un gran vaso de Brin- 
dy ligeramente mezclado con agua, y se duer- 
me en un sillon colocado á algunos pasos del 
en que se halla inmóvil sa anciana mujer, ya 
esté durmiendo ya velando. . 
— ¡ Y bien! admito que duerman los dos, 
dije interrumpiéndola, pero no veo cómo..... 
-— Paciencia! paciencia ! Jackson no nece- 
sita luz para beber ni para dormir; por otra» 
parte, no siendo hombre capaz de hacer un 
gasto inútil, el aposento permanece siempre 
en una compieta oscuridad, Si Jackson habla 
3 su mujer, .es para descargo de su propia 
conciencia; nunca espera que ella le conteste, 
pues sabe perfectamente que no ha oido una, 
sola palabra de lo que le ha dicho. Ahora 
empezad á adivinar lo que teneis que hacer. 
— En verdad, no, Sarah, no adivino. . 
— ¡Cómo !- ¿no «adivinais 1 ¡Cómo 1 ¡no 
comprendeis que al despertar Jackson debe en- 
contrar cerca de sí, tras los vestidos de su 
mujer, al señor Waters, el oficial. de policía ! 
¡Que el señor Waters ha oido salir de los la- 
bios del dormido todas las revelaciones que 
voy áhacerle!? Primeramente que la vajilla de 
plata y las joyas vendidas por Sarah y su 
suegro Dawkins están escondidas en el jardin, 
cerca del bosquecillo de hilas, y en seguida - 
queen el“pequeño armario dela escalera hay“ 
una suma de mil libras perteneciente “4 En- 
rique Rogers, y que la llave que cietra aquel 
armario está siempre eñ los bolsillos del vie- 
  
  
  
 
	        
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