vecharme de vuestra irritacion contra Jackson
para obtener de vos loque os pido. Tomad
pues todo: el tiempo que creais necesario para
reflexionar: hoy, mañana , pasado mañana ;'
solamente pensad en esto, Sarah, que el re-
conocimiento de la ley y la bondad de nues-
tra reina pueden devolveros, si no el honor,
al ménos la libertad. Cuando esteis resuelta
enviadme á buscar; el carcelero tendrá la
órden de avisarme, á cualquiera hora del dia
ó de la noche que esto suceda,
Y efectivamente, me retiré á fin de dejar
tiempo á aquella mujer para reflexionar.
Hay un «proyerbio francés que dice: «La
noche trae consejo.» Sin duda este proverbio
fué una: verdad para Sarah, pues al dia si-
guiente, al rayar el alba', vino desu parte el
carcelero á casa á buscarme. Al instante pasé
á la cárcel,
—;¡ Y bien! pregunté á Sarah al entrar en
su aposento , parece que estais resuelta ?
— Caballero, me dijo con vehemencia, ase-
guradme, afirmadme , juradme por vuestro
honor, que las revelaciones que deseais, y
que segun vos pueden salyar á la pobre Clara,
pueden tambien de rechazo alcanzarme la pie-
dad de nuestra soberana.
Yo extendi la mano. A
—0s3 lo juro, Sarah! le dije; vuestra súpli-
ca será elevada á los piés de S M, y es-
pero que en esta ocasion se mostrará tan bue-
na como poderosa es. :
—Entonces, si es así, señor Waters, sí,
- 03 ayudalé, si; os dirigiré. Primeramente,
respecto á nuestro asunto, Jackson es tan cul-
pable como:nosotros mismos, pues que él sa-
biaque deb amos cometer el robo y ha reci -'
bido de mis:manos la vajilla y las joyas.
—YEspero, señora, que Rogers-y Clara no
han tomado parte alguna en este hecho !
—Lo ignoran ; señor Waters; pero la mu-
jer y Juana, la criada de Jackson, sin ser cul-
pables del crimen, están iniciadas en el se-
creto.:
—+Pero ya sabeis, Sarah, que esto no era la
única: cosa que esperaba de vos.
—Señor Waters; dijo la: encarcelada con
febril -volubilidad, en toda: la. noche no' he
dormido un segundo, pensando solamente en
el asunto que-0s- interesa y en el medio de
arrancar la verdad del corazon de ese'picaro”
viejo.: Creadme; señor: Waters; «ahora, “no
obro tan solo impulsada por el odio que sien-
to por: Jackson Ópor «el deseo de aligerar mi
condena; no; -lo que me arrastig á quereros
ayudar, es:el deseo:de arrancar á la :inocente
y hermosa Clara:de manos: del verdugo: Yo:
tambien me encontré una vez....Pero ahora
no so trata de eso l..¿Simduda, señor: Waters,
habeis oido décir por Farnhanv que Jackson
A
16 - MEMORIAS -
tiene costumbre de hablar durante su sueño?
— Sí, y he sabido además por el señor Har-
ris que Jackson habia consultado al doctor
Edwards sobre los medios que debia emplea
_para combatir esta extraña dolencia, ]
—La dolencia no es tan real como piensa
Jackson, añadió Sarah, pues las palabras que
deja escapar durante su sueño son casi siem-
pre ininteligibles. Una vez sin embargo habló
distintamente, y por desgracia tenian esta vez
sus palabras un oyente, Esta circunstancia
cuyos resultados han sido funestos, ha vuelto
á Jackson tan prudente que no se duérme
nunca sino delante de su mujer cuya sordera
es incurable,
—Si las palabras que Jackson pronuncia
durante su sueño son incoherentes, ignorocó-
mo podré hacer de eso un arma contra él.
— Paciencia, señor Waters, paciencia ! Es-
cuchad atentamente. Podas las noches, pasa
Jackson una hora en una casa de juego de ím-
fima clase. Allí, sea suerte, sea destreza, gana
invariablemente una pequeña suma con la cual
se contenta. Una vez hecha la ganancia y es-
ta embolsada, se vuelve á su casa y se dirige
en seguida hácia el piso bajo en donde en-
cuentra siempre á su mujer. Cuando tiene la
puerta bien cerrada con cerrojos por la parte
interior, Jackson bebe un gran vaso de Brin-
dy ligeramente mezclado con agua, y se duer-
me en un sillon colocado á algunos pasos del
en que se halla inmóvil sa anciana mujer, ya
esté durmiendo ya velando. .
— ¡ Y bien! admito que duerman los dos,
dije interrumpiéndola, pero no veo cómo.....
-— Paciencia! paciencia ! Jackson no nece-
sita luz para beber ni para dormir; por otra»
parte, no siendo hombre capaz de hacer un
gasto inútil, el aposento permanece siempre
en una compieta oscuridad, Si Jackson habla
3 su mujer, .es para descargo de su propia
conciencia; nunca espera que ella le conteste,
pues sabe perfectamente que no ha oido una,
sola palabra de lo que le ha dicho. Ahora
empezad á adivinar lo que teneis que hacer.
— En verdad, no, Sarah, no adivino. .
— ¡Cómo !- ¿no «adivinais 1 ¡Cómo 1 ¡no
comprendeis que al despertar Jackson debe en-
contrar cerca de sí, tras los vestidos de su
mujer, al señor Waters, el oficial. de policía !
¡Que el señor Waters ha oido salir de los la-
bios del dormido todas las revelaciones que
voy áhacerle!? Primeramente que la vajilla de
plata y las joyas vendidas por Sarah y su
suegro Dawkins están escondidas en el jardin,
cerca del bosquecillo de hilas, y en seguida -
queen el“pequeño armario dela escalera hay“
una suma de mil libras perteneciente “4 En-
rique Rogers, y que la llave que cietra aquel
armario está siempre eñ los bolsillos del vie-