Full text: 2.a série, tomo 7 (1866) (1866,7)

  
De todos modos, este incidente produjo una 
impresion desfavorable para su marido, que 
pálido y tembloroso, escuchaba las declara- 
ciones de unos y otros como si asistiera 4 la 
representacion de un drama terrible donde su 
imaginacion no distinguia lo ficticio de lo ver- 
dadero, 
Las quejas que con frecuencia habia dado 
contra su ama; la conversacion que tuvo con 
el señor Ferrol en la misma mañana del 
dia fatal; su presencia en el jardin, al cual 
caian las ventanas de la víctima; y la expli- 
cacion contradictoria que dió de los arañazos 
recientes que se le vieron en las manos, atri- 
buyéndolos á un gato, confirmafon las sospe- 
chas á que se diera en un principio muy poca 
importancia, 
En yano aseguró el señor Ferrol, que el 
desgraciado Frank, que estaba á su servicio 
hacia muchos años, se habia confundido siem- 
pre en sus respuestas, aun tratándose de las 
cosas mas insignificantes, contradiciéndose 
sin cesar en las explicaciones mas sencillas, 
Esta declaracion no tuyo mas resultado que 
irritar al señor Bartlett, haciendole decirá un 
vecino «que era muy inconveniente que el 
marido tratase de defender al asesino de su 
esposa, » 
Y dicho esto, el pobre Frank fué condu- 
i do á la cárcel, 
El señor Ferrol deseaba, como era natural, 
alejarse del teatro de un suceso tan trágico; 
pero quiso aguardar á que se concluyese la 
causa para ver cuál era la suerte del desgra- 
ciado á quien creia inocente; y aprovechó es- 
te tiempo para arreglar sus negocios, 
La señora Ferrol le habia traido una consi- 
derable fortuna , asegurándole al mismo tiem- 
po el usufructo; pero renunciando á esta dis- 
posicion, escribió á su apoderado, encargán- 
dole lo entregase todo al cuñaco de la señora 
Ferrol, único heredero de la víctima. 
Cogiendo despues el joyero y demás obje- 
tos de valor que habian pertenecido á su es- 
posa, los envió asimismo á la familia de esta 
al dia siguiente del entierro, 
Esta conducta habria extrañado ciertamen- 
te á muchos si hubiese sido conocida , dando 
lugar á que se creyese que en este acto , so- 
bre todo en lo relativo á las joyas, habia mas 
probidad que amor hácia la difunta, pues 
nunca se separa uno voluntariamente de los. 
recuerdos que deja una persona querida, Pe- 
ro lo que mas chocó al vulgo, á la cabeza del 
cual estaba el señor Bartlett, fué la inscrip- 
cion grabada en la tumba de la pobre victi- 
ma. 
Segun el señor Bartlett y los demés, cuan- 
do muere una mujer, en la losa que la cubre 
se debe cuando menos poner la calificacion de 
316 y PABLO FERROL. 
«buena esposa, » pero para una mujer asesi- 
nada el superlativo es de rigor; y el epitafio 
que el señor Ferrol hizo inscribir en la tumba 
e su señora no contenia mas que estas pala- 
ras: 
Ana FerroL DE LAToOUR 
HIJA DE RoBÍRRTO GORDON, 
MURIO ASESINADA EL 4 DE JULIO DE 198..... 
¿Por quién?..... nadie debia saberlo , pues 
Frank, defendido por Mr. Harrowby, céle- 
bre abogado y amigo del caballero Ferrol, 
fué absuelto despues de una larga delibera- 
cion del tribunal, A pesar de esto los vecinos 
no pudieron olvidar las sospechas de que ha- 
bia sido blanco el pobre hombre, y rechaza- 
do por todos, Frank obtuvo del señor Ferrol 
los recursos necesarios para pasar al Canadá 
en compañía de su mujer, lo cual fué para el 
público un nueyo motivo de escándalo, pues 
vituperaban la proteccion concedida por el 
esposo de la víctima al que probablemente la 
habia asesinado, 
CAPÍTULO IH. 
Habian trascurrido algunos años desde el 
dia en que el señor Ferrol, viudo y dejada la 
fortuna de su esposa, abandonó 4 Mainwarey 
para ir no se sabe dónde. Desde aquella épo- 
ca nadie habia oido nada de él, excepto el 
guarda del castillo á quien escribia de vez en 
cuando hablándole sobre negocios; cuando de 
repente llegó una carta en la que encargaba 
se preparase todo lo necesario para recibirle 
porque se habia vuelto á casar. La carta no 
decia mas, y aquel silencio chasqueó á los 
aldeanos, pues les impedia expresar mas Ó 
menos ruidosamente la alegría que les causara 
aquel feliz suceso. : 
No obstante, á falta de las fiestas que de 
ordinario acompañan á una boda, pensaron 
que seria oportuno hacer un honroso recibi- 
miento á la nueva esposa, y ya hablaban de 
levantar en el camino un arco de triunfo, for- 
mado con dalias rojas, donde se leyese la pa- 
labra «bienvenido,» cuando supieron una ma.- 
ñíana que el señor y la señora Ferrol habian 
llegado la tarde antes. 
El mismo dia ambos esposos atravesaron el 
pueblo, visitando todos los sitios que podiam 
ofrecer algun interés á la nueva habitante del 
condado. Componiase este de una feraz cam- 
piña en la que se veian diseminados algunos 
cortijos pertenecientes á los Bartlett y al se- 
ñor Ferrol, cuyas dos casas conocidas con el 
nombre de el Parque y la Torre, dominaban 
el pueblecillo por cada lado del valle. 
El Parque formaba un dominio mucho mas 
importante que la Torre; pero quizás el señor 
  
  
  
 
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.