«KJividuos de su familia: «
LÚGUBRE.
hubiese dicho á mi visir cuando hubiera veni-
do á preguntarme qué queria Mi Alteza de su
esclavo. que me trajese la cabeza de Coavin-
ses. ¿Qué ha sucedido sin embargo? Que he
proporcionado trabajo á un hombre excelente
de quien soy en cierto modo el bienhechor,
y que por este medio ha podido educar esos
graciosos niños y desenvolver en ellos todas
das virtudes sociales. Ei.
Tenia una manera tan seductora de tocar
estas cuerdas fantásticas, y formaba con su
chistosa puerilidad un contraste tan notable
-con la gravedad de Carlota , que mi tutor, que
habia estado hablando en voz baja con mis-
tress Blinder, no pudo menos de sonreirse
«cuando se reunió con nosotros...
- -Eya y yo dimos un beso á Carlota que ba-
3Ó con nosotras la escalera y nos paramos un
instante para mirarla. No sé á donde iba, pero
-entró en un patio oscuro de Bell-Yard , y la
Eo muchacha , tan pequeña , con su som-
“brero y delantal de mujer, desapareció en me-
«dio del ruido y del tumulto de la gran ciudad
«como una gota de.rocio que se mezcla con el
“Océano. GE
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Lady Dedlock está sinicesar en movimiento,
“y el Correo dé la po en apuros para
seguirla. Ayer estaba ondres, hoy está
-€n Chieéney Wald , y mañana estará tal vez'en
París. ¿Quién puede averiguarlo 1 La galan -
tería del mismo sir Leicester tiene trabajo en
«seguirla , y hubiera hecho mas ejercicio si la
«gota no le hubiese cogido por las piernas. :
Sir Leicester acoge la gota como una cosa
“importuna, pero,como un mal de origen aris-
tocrático. Desde tiempo inmemorial todos los
Dedlock han tenido gota por línea directa de
"varon : el hecho es probado, lector, y nadie
“lo pone en duda. Los antepasados de otros
hombres han podido morir de reumatismo 6
ser atacados por el bajo contagio de una en-
fermedad vulgar , pero los Dedlock han im-
puesto, hasta á la muerte, la gran nivelado-
Yá , Gierta ley exclusiva; mueren todos de su
«propia gota, que se trasmite á la ilustre linea
«como la vajilla de plata , los cuadros y el pa-
lacio del Lincolnshire , y forma parte de sus.
«dignidades y derechos. Sir Leicester, aunque
ño' ha hablado á nadie sobre este punto , está
sin embargo convencido de que el ángel de la
- Muerte se expresa así delante de las sombras
«de la aristocracia cuando espira uno de %os in-
Milores y señores,
Y. VIH. .
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tengo la honra de presentaros otro Dedlock que
viene aquí segun certificado, á causa de la
gota de familia. » E
De esto resulta que el baron. abandona sus
nobles piernas á la enfermedad de sus ante-
asados como servidumbre feudal por su ape-
lido y su riqueza. No deja de conocer que la
gota se toma demasiada libertad al tender á
un Dedlock en el lecho , retorcerle los dedos
pulgares de los piés y traspasarle los miem-
bros con aceradas puntas, pero dice con ra-
zon: «Todos mis antepasados sufrieron este
tormento, pertenece á la familia, está acor-
dado hace largos siglos que únicamente esta
noble enfermedad nos conduzca al panteon de
nuestros progenitores , y por lo tanto no pue-
do menos de ratificar este convenio. »
Y con el rostro encendido como una grana,
hace esfuerzos para dominar el dolor, y está
noblemente acostado en medio del gran salon
y en frente del retrato de milady que mira con
respeto, El sol brilla en torno suyo; «anchas
listas luminosas , alternadas de sombra , atra-
viesan la larga hilera de balcones que ceen á
la galeria; fuera,.las majestuosas encinas,
arraigadas hace muchos siglos en un suelo
que no ha abierto nunca el arado, dan testi-
monio de su grandeza, y dentro, los retratos
de sus antepasados atestiguan su poder, pero
le dicen : « Cada uno de nosotros fué en estos
lugares una realidad pasajera, despues dejó
en pos de sí esta.imágen, y ahora no es mas
que un recuerdo tan vago como el grázsido
lejano de las cornejas que os adormece.» Ja-
más ha sido mas poderoso que hoy, y ¡ay de
Boythorn El Gu z que trate de dispu-
tarle una pulgada de la tierra que posee !
' Milady solo está en pintura al lado del ilus-
tre baron; ha ido á la ciudad por yn día úni-
camente , y mañana emprenderá el vuelo há-
cia Chesney-Wold con gran confusion del
Correo del gran mundo que no ha sido avisa-
do, El palacio no estaba preparado para reci-
birla, y un solo Mercurio ,,. con la cabeza em-
polvada, bosteza de fastidio en la antesala.
Sin ir mas léjos, ayer noche decia á uno de
sus compañeros, acostumbrado. como. él. al
bullicio y la animacion, que si aquel estado
de cosas debia prolongarse , no tendria mas
remedio que arrojarse al rio. e
¡ Qué relacion puede haber entre este Mer-
curio, la quinta del Lincolnshire , el palacio
de Londres y el pobre niño sobre el cual ca-
yó un rayo de luz celeste la noches én que
barrió los escalones del cementerio de los po-.
bres 1 ¡Qué relacion existe entre tantas per-
sonas que desde los puntos opuestos del abis-
mo no están menos cerca de su borde de una
«manera extraña en los innumerables dramas
que encierra la sociedad 1
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