Full text: segunda série, tomo 8 (1866) (1866,8)

  
  
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—Lo has adivinado , dijo el veterano inter= 
»umpiéndole ; bien conozco que la idea de 
«servir te disgusta , pero á mí me sucede tedo 
lo contrario. Tú no estás acostumbrado á re- 
«cibir órdenes, yo si; tú sabes conservar á tu 
alrededor el órden y la disciplina, yo necesi- 
to que otros se ocupen en esto por mí y que 
me impongan una regla. Tú y yo no anda- 
mos al mismo paso ni yemos las cosas desde 
iguales puntos de vista; nada digo de mis 
modales soldadescos, porque veo que ayer 
moche estuve bien entre vosotros y me pare- 
ce que no habian de ser aquí muy notados ; 
pero es lo cierto que estoy aun mejor en 
Chesney Wold; hay allí mas espacio, y una 
mala yerba de mas apenas si se conoce. Ade- 
más importa que nuestra anciana madre viva 
rontenta sus últimos años y por todas estas 
razones acepto desde ahora la proposicion del 
señor baron, Cuando venga el año próximo 
para acompañar á la novia, Ó quizás antes, 
ya puedes pensar que procuraré dejar á un 
lado á la brigada de sir Leicester Dedlock 6 á 
lo menos no hacerla maniobrar en tu territo- 
rio. De todos modos te doy gracias, y con or- 
gullo estoy ya pensando en la familia de los 
Rouncewell de la cual serás el tronco. 
—Tú sabes lo que te conviene, Georges, y 
te conoces á ti mismo, dijo el hermano mayor 
correspondiendo con calor al apreton de ma - 
no del sargento ; sigue el camino que te con- * 
“venga, pero con tal que en adelante ni tú ni 
yo estemos perdidos el uno para el otro. 
—No lo querrá Dios; antes de separarnos, 
hermano , quisiera pedirte que me hicieras el 
favoi de pasar los ojos por una carta que yo 
he escrito. La he traido para mandarla desde 
aquí, pues el timbre de Chesney-Wold qui- 
zás causaria pena á la persona f quien va di- 
_ rigida. No tengo práctica en esu de cartas, y 
quisiera que esta estuviese concebida en tér- 
minos exactos y delicados. 
Al decir esto Georges presentó á su herma- 
mo una carta escrita con tinta algo blanca, 
con una letra redonda , apretada y correcta, 
en la cual el maestro herrero leyó lo siguien- 
te: 10S 
«Miss Ester Summerson : 
» El inspector Bucket me ha dicho que una 
-carta dirigida á mi ha sido encontrada entre 
los papeles de cierto individuo , y esto hace 
que me tome la libertad de manifestaros que 
dicho billete contenia únicamente algunas lí- 
neas escritas, desde el extranjero, por una 
persona que me rogaba entregar á una lady 
jóven y hermosa, no casada todavía, una Car: 
ta que iba á él adjunta, encargo que cumplí 
religiosamente. EEN 
»Me tomo además la libertad de deciros que 
-dicho billete me fué pedido para cotejar la 
  
LA CASA | 
letra , que á no ser por esto nada habria sido 
bastante á arrancármelo, pues creyéndolo mas 
seguro en mi poder que en el de otra persona 
alguna , solo con la vida me lo habrian arre-. 
batado. 
y Añadiré tambien que á pensar que el in- 
feliz gentleman estuviese aun con vida, no 
me habria dado paz ni tregua hasta descubrir 
su paradero y partir con él mi último mara- 
vedi, á lo cual me habrian impulsado deber 
é inclinacion ; pero se habia dicho oficialmen - 
te que estando á bordo de un buque habia 
caido al mar durante la noche y se habia aho- 
gado en un puerto de Irlanda pocas horas 
despues de su llegada de las Indias occiden- 
tales, y esto mismo oí confirmado por oficia: 
les y marineros de la tripulacion, 
» Y finalmente, me tomo la libertad de de- 
ciros humildemente , como corresponde á un 
simple miembro del ejército , que soy y seré 
siempre vuestro adicto y muy respetuoso 2” - 
mirador; y que profeso por las dotes que po- 
seeis en tan alto grado, mas aprecio del que 
me permiten expresar los límites de esta 
carta, 
» Tengo el honor de ser vuestro obedientí- 
simo servidor ] 
» GFEORGES.» 
—Muy ceremonioso está eso, dijo M, Roun- 
cewell doblando la certa y manifestando en 
- gu semblante no saber qué. significaba todo 
aquello, 
—Pero ¿te parece si hay algo que no pueda 
decirse á una señorita de raras prendas? pre-. 
guntó el sargento. 
-——Nada absolutamente, contestó el maestro 
herrero, : ] 
Cerrada y colocada la carta encima de la 
mesa de M. Rouncewell para ser llevada al 
correo con la correspondencia del día, Georges 
se despide cordialmente de todos los miem- 
bros de la familia y se prepara para partir, 
cuando su hermano que no queria separarse 
de él tan pronto, le ofrece acompañarle en 
carruaje hasta el punto en que debe hacer 
noche y estar en su compañia hasta el dia si- 
guiente, montando un criado en esta primera 
parte del viaje el caballo tordo de Chesney- 
Wold. La proposicion es aceptada con ale- 
gría, y 4 ella sigue una agradable. carrera 
en tilburí y luego una corrida y un desayu- 
no que no lo son menos, acompañado todo 
ello de conversaciones y expansiones frater - 
- nales. 
Por fin despues de muchos apretones de 
manos, los dos hermanos se separan , el her- 
rero con el rostro vuelto á la humareda y á 
las fraguas y el sargento á la verde campiña ; 
y poco avanzada estaba aun la tarde cuando 
  
  
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