630 EL TRIBUNAL
que habia de producir los mejores resultados, Fe-
lipe II quiso conciliar el sueño.
Cerráronse sus ojos, y yaempezaba á dormirse,
cuando se oyó un leve roce, y pocos momentos des-
pues, como el fantasma que se filtra por las pare-
des, apareció una: forma humana, que se detuvo
cerca del lecho.
¿Quién se atrevia á interrumpir el sueño de su
majestad?
¿Quién era el osado que penetraba alli sin saber
por dónde ni cómo?
Para muchos individuos de la comunidad, era
muy fácil llegar sin ser vistos hasta el lecho de
Felipe 1; pero era imposible que saliesen sin
llevar una prueha de que no sé cometia i Japan
mente semejante abuso.
, Aunque ya lo habrán adivinado nuestros lecto-
res, les diremos que la persona que acababa de
aparecer era el jóven Raul, cuyo rostro, pálido y
contraido, revelaba el estado de agitacion y tras-
torno en qne se encontraba su espiritu.
Cuando se detuvo quedó inmóvil como una está:
tua, cruzó los brazos y contempló atrevidamente
al monarca.
Éste abrió los ojos, incorporóse bruscamente, Y
sin darse cuenta de lo que sucedia, fijó en el jóven
una mirada de profundo terror.
La sorpresa enmudeció á Felipe II.