LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES 101
Y llegó, como llega todo.
La soberbia y la desmedida ambición de Bona-
parte fueron su auxiliar.
América se ofreció contra Francia, y lógico era
aceptar el esfuerzo de todos. ¡
Aquellas apartadas regiones estaban libres del
poder de Napoleón, pues Francia no podía compe-
tir con la marina británica, y ésta, celosa del pre-
dominio del emperador improvisado, de un repu-
blicano, de un hombre á quien en aquellos días
ae le miraba por cima del hombro, por «no ser de
sangre real», cuidaba mucho de que no se entroni-
zara en los dominios que España poseía en las
Indias, | j
tag, Como demostración de su lealtad hacia <la
madre patria», enviaban grandes remesas de oro,
principal elemento para España, arrasada por los
franceses. qe
Llenos de confianza los peninsulares, olvidados
de los agravios que aquellas gentes tenían que
vengar más tarde ó más temprano, creyéndoles tan
cándidos, tan poco aleccionados por la experiencia
como ellos, no sólo disminuyeron el número de tro-
pas en que España apoyaba «sus derechos>, sino
que les dieron medios de ataque y defensa, para
que resistieran cualquier intentona de Na poleón,
Las cañas se tornaron en lanzas.
Duran rte 5 funesta y tiránica dominación esp a-
ñola en América, se hal Hen cruzado las razas.
La sangre y y pa Juno del pueblo del 2 de Mayo