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LOS MÁKTIRES ESPAÑOLES 
La religión era lo de menos, pero sólo levantan- 
do por estandarte el santo nombre de Dios, podían 
disculpar en parte lo que hacían. i 
Cuando aquellos dos hombres se estaban despi- 
diendo llegó un tercero. | 
Al entrar dijo: 
— ¡Malas noticias! 
—Pues ¿qué pasa? 
—En todo Aragón se toman precauciones contra 
NOSOtro03, 
—¿Y en Cataluña también? 
—AlÍ no. : 
—Pues entonces no son tan malas las noti- ] 
cias. 
—Creéis... 
—Creo que mientras persiguen fantasmas por un 
lado, podremos dar el golpe con más seguridad 
por otro lado. ¿Qué sabéis del a 
—(Que nos vende, 
—Lo temía. 
-——Se ha negado á ser el primero que salga al 
campo. 5% 
—¿Y en qué se funda? 
—En que su compromiso no comienza en tanto 
' que González Moreno no dé el grito en Andalucía. 
—Pero ¿no hay medio de ahorcar á ese hombre? 
—Ya he dispuesto las cosas para que no se nos 
escape esta vez. 
—¿Podéis decirnos cómo? 0S 
—Sí, enviándole papeles que le comprometan, y